Las campanas empezaron a sonar , marcaban las doce de la noche , en la capilla ya no quedaba nadie excepto el viejo cura. Bajaba muy lentamente al sótano vistiendo su característica sotana , sus lentes para poder ver mejor y su rosario que siempre llevaba puesto.
Todos en el pueblo amaban al cura Gabriel , era muy bueno siempre ayudando a las personas dándoles una mano a los más necesitados , conteniendo a las familias que sufrían, ya que hace un tiempo en la comunidad , varias personas habían desaparecido.
Gabriel llegó a la puerta del sótano , la abrió con las dos manos , esta parecía ser muy pesada , dentro del lugar todo se veía totalmente oscuro ni una luz de afuera llegaba a penetrar en ese pequeño espacio. Camino a ciegas hasta el medio de la habitación estiró la perilla y encendió la lámpara. El cuarto se iluminó dejando ver las cosas que Gabriel guardaba allí , el sótano estaba repleto de frascos que contenían partes de cuerpos humanos mutilados , manos , pies , ojos , cabezas flotando en un líquido. Sobre las paredes se veían , cruces , extraños dibujos , libros antiguos y al final de la sala , allí donde apenas llegaba la luz atado de pies y manos estaba un fiel feligrés. Este estaba totalmente herido , los labios y frente cortados en forma de cruz , las manos clavadas a la pared con unos enormes clavos y sobre el pecho una gran estrella por donde brotaba sangre sin parar.
Gabriel se acercó al feligreses lo tomó por la frente y empezó a recitar una oración en un extraño idioma…
-por…porque hace esto con…conmigo padre- dijo débilmente el feligreses.
– ya te he dicho hijo mío , debo limpiar tus pecados y tus males desde ahora ya no sentirás dolor.
Gabriel tomó de una cajón un pequeño cuchillo y recitando unas palabras cortó la garganta del fiel. Este ahogándose en sangre , veía en sus últimos momentos como el cura lo despedazaba y colocaba las partes del cuerpo en frascos…
Las campanas empezaron a sonar , la misa del día había terminado , sólo Gabriel y un nuevo feligreses se encontraban en la capilla. El cura se acercó a él y le dijo :
-veo que estás muy afligido hijo , ven bajemos un momento al sótano donde podré hacerte una sesión de sanación.
Y los dos caminaron hacia el sótano , donde Gabriel tendría a su próxima víctima.
Sexto cuento mío esperó que les guste
oye muii bueno soy lendys quintero y soy de venezuela
Gracias lendys