Descripción: Todas las noches, cuando el reloj marca las doce en punto, una aparición aterradora hace acto de presencia en la habitación de Luisa.
Personajes: Luisa, Diana, Papá, Mamá, Mujer de negro
PRIMER ACTO
Luisa está durmiendo en su habitación. A su lado, sobre la mesita de noche, el reloj está por marcar las doce en punto. El aparato emite un sonido para indicar que ya es medianoche y entonces, una risa espectral se escucha en el escenario.
De un rincón emerge una figura oscura. Es una mujer vestida de negro, pálida y con largo cabello enmarañado, que mira fijamente a Luisa.
La muchacha se despierta y se queda mirando, aterrorizada, a la mujer que comienza a acercarse lentamente a su cama, mientras una música siniestra resuena de fondo. Luisa se cubre con la sábana hasta la cabeza. La mujer llega hasta los pies de su cama sin dejar de reír…
Las luces se apagan y el telón se cierra.
SEGUNDO ACTO
Es temprano por la mañana y Luisa, desvelada, desayuna con su familia. Su papá, su mamá y su hermana, Diana, están sentados a la mesa.
Luisa: Anoche volvió a suceder, esa mujer apareció en mi habitación.
Los padres se miran entre ellos, algo desconcertados.
Mamá: Todo ha sido una pesadilla, eso te pasa por ver películas de horror antes de acostarte.
Luisa (enojada): ¡Pero es la verdad!
Papá: Hija, por favor, termina de desayunar, que ya vamos tarde al colegio.
Molesta, Luisa come sus cereales mientras sus padres comentan trivialidades sobre las noticias. Su hermana permanece en silencio.
TERCER ACTO
Luisa se encuentra en la cocina, sirviéndose un vaso de leche. Trae puesta ya su pijama y se ve desanimada. Hay un enorme reloj colgado en la pared. Justo cuando está a punto de salir, su hermana entra y saca un pedazo de pastel de la nevera.
Diana: ¿Sabes? Yo también la he escuchado.
Luisa se detiene en la puerta y voltea hacia ella.
Luisa: ¿De qué estás hablando?
Diana (colocando su pastel en la mesa): La mujer que dices que aparece en tu habitación. Todas las noches la escucho. Siempre aparece a la misma hora.
Luisa (asustada): ¿Tú… tú también?
Diana (asintiendo): Nunca he dicho nada por qué no quiero que me tomen por loca… pero la he escuchado. Apenas el reloj da las doce, oigo una risa al otro lado de la pared y sé que no eres tú. Entonces un escalofrío me recorre el cuerpo y soy incapaz de moverme…
Una campanada proveniente del reloj se deja escuchar por la cocina. Diana se queda en su lugar, inmóvil y con los ojos muy abiertos. Luisa la mira aterrorizada.
Luisa (acercándose a su hermana): ¿Diana? ¿Diana, estás bien? ¿Qué pasa?
(PAUSA) Diana no responde, solo mira fijamente a Luisa y entonces, repentinamente, una sonrisa malévola se dibuja en su rostro. Diana comienza a reír, cada vez más desenfrenadamente, excepto que no es su voz la que sale de su garganta, sino la de aquella mujer de negro.
Diana comienza a convulsionarse de pie con cada carcajada, horrorizando a Luisa, quien empieza a retroceder, histérica.
Sin dejar de reír, Diana la acorrala en un rincón. Las luces se apagan.
¿FIN?
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