Viernes 18, enero 2017.
Todo comenzó durante un día nublado y lluvioso. Lucy era una niña alegre, divertida, sincera y humilde, de 7 años (iba a cumplir 8, el 21 de enero). Ese día, Lucy habló con su mamá.
— Mamá, ¿y si vamos a la casa de la tía Lili?
Pero la mamá de Lucy no quería ir, pues había cosas muy feas en la casa de la tía Lili de las que Lucy no sabía. La niña, enojada porque su mamá le había dicho que no, se fue y se encerró en su cuarto. Al día siguiente, Lucy se levantó olvidando todo lo sucedido y fue a la cocina. A su madre le extrañó que estuviera tan contenta, se le hizo raro pues había dicho que no podía ir con su tía.
Y es que se rumoreaba que su casa estaba embrujada, que por eso vivía sola y hablaba con fantasmas.
Lucy estaba emocionada porque faltaban dos días para su cumpleaños.
—Mamá, de regalo quiero que me lleves con la tía Lili.
La mamá se mostró sorprendida, pensaba que esa idea ya se le había olvidado.
—¿Por qué no puedo ir a la casa Lili?
—Porque la tía Lili no puede tener visitas.
El 20 de enero, a las 10:30, Lucy se escapó de su casa para ir con su tía. Llegó a las 11:47, tocó la puerta pero no le abrieron. La ventana estaba abierta, así que se metió por ahí. En cuanto entró escuchó ruidos escalofriantes, voces que decían:
—Feliz cumpleaños Lucy —repitiéndose sin cesar.
A las 12:05, en casa de la tía Lili se escucharon gritos. La mamá de Lucy entró y encontró a su hija inerte, bañada en sangre .
La gente del vecindario dice que la mataron los fantasmas, o que fue la tía Lili, a la que se le metió el demonio.
Un año después, a la misma hora, mataron a la mamá de Lucy.
NUNCA SE SABRÁ COMO LAS MATARON.
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