Vivir en una casa que tiene un techo ruidoso puede llegar a ser bastante molesto. Esta es la historia de un joven que vivía con su abuela. El mismo estaba en un rancho de clase media construido con un techo a base de Zinc. Esto ocasionaba a menudo molestias con los gatos que se paseaban por el techo de noche, incluso la lluvia era el ruido que mas perturbaba.
Pero desde una noche empezó a notar que los ruidos que estaba escuchando desde su techo no eran a causa de felinos que querían sostener relaciones mientras el trataba de dormir. Parece que este ruido tenía algo que le incomodaba a el, pues eso que estaba en el techo o sólo se escuchaba como caminaba lentamente, sino que también hacía ruidos.
Una noche decidió dormir con su abuela, no aguantaba que esta cosa se posara encima de su techo a asustarlo. En muchas ocasiones sólo pensó que era un gato, ya que el mismo empezaba a rasgar el techo como si le estuviese aruñando y al final, escuchaba maullidos. Sin embargo, luego de ir a la cama con su abuela, enseguida empezó a notar el mismo ruido en el techo de la habitación.
-¡Abuela! ¿Escuchas eso?
-Tranquilo hijo, duerme ya que son los gatos de siempre.
Pero sin duda el estaba seguro que algo no andaba bien, es como si ese algo que estuviera rasgando el techo supiera exactamente donde estaba. Por ello, decidió dormir en el tercer cuarto, uno que usaban para familiares que venían de visita, un cuarto más. Pero en esa misma noche notó el mismo ruido extraño, ya era mucha coincidencia que en el mismo sitio se escuchara como esa cosa rasgaba el techo en su lugar con el fin de no dejarlo dormir.
Pero a él no le incomodaba el hecho de que hiciera ruido, por supuesto que no. El problema es mayor porque el ya no sólo escuchaba pisadas y rasguños, sino también alaridos como si fueran de un gato y a la vez de una persona que llora con furia. Realmente era algo inexplicable, no había escuchado nada parecido anteriormente y esto ya le estaba erizando los pelos.
Una noche apenas escuchó el ruido, decidió ir por la escalera y subirse para ver que estaba molestándolo cada noche. Pero este fue el peor error de su vida. Cuando subió a ver que era lo que estaba ocasionando ese ruido tan molesto, se dio cuenta de que era un bulto negro que caminaba muy rápido en el techo. Apenas esa cosa se dio cuenta de su presencia se giró frente a el para mirarlo fijamente con ojos brillantes como los de un gato.
Pero sin duda alguna el estaba seguro que no era un gato, sus ojos reflejaban algo que le incomodaba a este joven. En segundos la cosa del techo se posó a sólo centímetros de frente a él. Su susto fue tan grande que se cayó de las escaleras sufriendo lesiones que pusieron en riesgo su vida. El golpe fue escuchado por su abuela e inmediatamente ella fue a verlo.
Al llegar al sitio le vio inconsciente e inmediatamente lo llevó al hospital. Afortunadamente le dieron atención rápida y pudo estabilizarse en cuestión de horas, tan sólo había sufrido una contusión menor. A pesar del tremendo golpe, el chico no podía olvidar la cara de esta cosa que le hizo la noche de cuadritos. Estando con su abuela en la habitación su vecino Roger fue a visitarlo. El ya era un señor mayor, muy cercano a la familia del joven desde que su abuelo murió. El le pidió al joven que le contara lo sucedido esa noche, al parecer el hombre no se mostraba sorprendido y asentaba con la cabeza todo lo que el joven le decía.
Al principio el chico pensó que estaba tomándole el pelo, literalmente su cara demostraba como si le creyera más el que su propia abuela. Luego de que acabó por contarle todo le dijo algo que lo dejaría atónito.
-Hijo, desde hace días Michelle, mi hija se escapó, esto sucedió hace un par de meses atrás y no he sabido nada de ella. No he reportada nada a autoridades porque me ha llamado y me ha dicho que ha estado bien. Pero sabrás ella siempre había gustado de ti y se escapó por ese motivo, aunque es un poco confuso de que lo entiendas.
El chico se mostró sorprendido y le pidió a Don Roger que le contara todo.
-Mi hija está enamorada de ti, pero yo le prohibí verte. Hace unas cuantas semanas atrás remodele su cuarto, pero paré justo cuando estaba pintando, porque decidí quitar la anterior pintura y me encontré con la sorpresa de que habían muchos mensajes escritos en la pared antigua sobre la que pintó el año pasado. En ella habían mensajes de amor, aunque también mensajes satánicos. Encontré además libros que estaban debajo de la cama al parecer de magia negra.
– ¿Qué quiere decir con eso? ¿A dónde quiere llegar con todo este tema de conversación?
-Estoy seguro de quien está molestándote todas las noches es mi hija en tu techo. Desde el segundo piso de mi vivienda puedo ver como lo hace.
El joven estaba impactado, no podía volver a casa luego de haber escuchado eso. Cuando le dieron de alta fue con su abuela a su casa y acordó dormir con ella. la abuela estaba preparada, había bendecido agua y tenía preparado otras contras especiales para alejar a las brujas. Pero esa noche no se presentó. Al día siguiente, antes de que saliera el sol al chico se le ocurrió mirar al techo, se sentía más seguro ahora con la luz del sol sobre su vivienda.
Pero una vez posado en el techo escuchó una voz que le dijo “Ya no estoy en el techo” Estoy esperándote en tu habitación. El joven sintió escalofríos y llamó a su abuela advirtiéndole que había algo en su habitación. Segundos después escuchó golpes y gritos de su abuela, pero cuando llegó asustado a su lado se dio cuenta de que estaba completamente bien.
– ¿Qué pasó abuela
-Michelle estaba aquí, pero tenía una apariencia extraña, realmente no sé si era ella ¡Definitivamente es una bruja!
Pasaron varios días y Michelle se volvió a presentar en casa del joven, golpeada y arrepentida lo miró y le dijo “a partir de ahora no habrá una noche en la que duermas tranquilo”
¡Sé el primero en comentar!