Descripción: Cantuña es un indio que debe construir una iglesia en Quito. Para tenerla a tiempo, decide hacer un pacto con el diablo.
Personajes: Cantuña, Diablo, Diablillos
PRIMER ACTO
Cantuña, un indio muy trabajador, se encuentra acarreando piedras para construir una capilla. Cansado, se seca el sudor de la frente.
Cantuña: ¡Qué pesado es esto! A este paso nunca voy a terminar con este encargo y lo peor de todo es que si no lo tengo a tiempo, no me van a pagar lo prometido. Pero yo solo no puedo.
Suspira y se sienta en el suelo.
Diablo (voz fuera de escena): Quizá yo pueda ayudarte.
El diablo aparece en escena como un hombre vestido de manera elegante. Se quita su sombrero de copa y sonríe, revelando unos cuernos prominentes.
Cantuña (asustado): Tú… tú eres…
Diablo: Ya tú sabes quien soy, no hacen falta las presentaciones. Pero quita esa cara, que no vengo a hacerte daño. Al contrario, quiero ayudarte y tengo un trato muy provechoso que podría gustarte.
Cantuña: ¿Yo? ¿Hacer tratos con el diablo? ¡Tonto no soy!
Diablo: Un poco sí, si prometiste tener esa iglesia lista para mañana mismo. ¡Y no llevas ni la mitad!
Cantuña: Pues tienes razón… (lo piensa un poco). ¿Y cuál sería el acuerdo, pues?
Diablo: Tu alma a cambio de terminar el trabajo. Con el dinero que te van a pagar podrás vivir como un rey por al resto de tu vida, hasta que llegue el momento de pagar. ¿Trato? (Extiende su mano con una sonrisa maliciosa).
Cantuña (dudando): Trato. (Estrecha su mano). Pero más vale que sea un trabajo bien hecho.
Diablo: Será la capilla más hermosa que hayan visto tus ojos.
SEGUNDO ACTO
El diablo mira las piedras para construir y llama a sus diablillos.
Diablo: ¡Diablillos del infierno! ¡Vengan aquí y terminen este templo en un santiamén!
Cuatro diablillos vestidos de rojo aparecen en el escenario y se ponen a trabajar a toda velocidad, mientras su amo ríe con malignidad.
Diablo: Unos ladrillos más y el alma del indio será mía, ¡pobre ingenuo!
Cantuña se asoma por uno de los laterales del escenario, muy asustado.
Cantuña: Oh no, ¿qué hice? Esos diablillos trabajan muy rápido…
Angustiado, parece pensar y entonces, toma una piedra sin que el diablo lo vea, saca una pluma de ave de su bolsillo y escribe algo en ella antes de volverla a dejar en su lugar.
TERCER ACTO
El Diablo observa la iglesia casi terminada y se frota las manos.
Diablo: Y ahora, voy a colocar la última piedra para que el pacto quede sellado.
Levanta el ladrillo que antes tomó Cantuña y frunce el ceño.
Diablo: ¿Qué es esto? ¿Qué dice aquí? “Quien coloque esta última piedra donde corresponderá, admitirá que Dios es más grande que él”.
El diablo tira la piedra furioso.
Diablo: ¡Maldito indio, me jugaste sucio! Puedes quedarte con tu mugrosa alma, ¡pero recuerda que voy a estar vigilándote!
Muy molesto, sale del escenario y Cantuña vuelve a entrar por el otro lado, sonriendo satisfecho.
Cantuña: Si bien dicen por ahí que más vale maña que fuerza para vencer al adversario. ¡Qué bonita me quedó la iglesia!
FIN
Cual es el autor de la Iglesia de cantuña