Descripción: Dos hermanas van en busca del sabio de la montaña, luego de que su padre las envíe a aprender sobre el mundo. Así recibirán una hermosa lección.
Personajes: Padre, Sabio, Hermanitas
PRIMER ACTO
Dos hermanitas vestidas al estilo oriental, con kimonos, se encuentran jugando en el suelo. La escenografía refleja ver una casa con puertas japonesas y adornos orientales. Entra en escena un hombre de largos bigotes, también vestido con una túnica al estilo asiático.
Padre: Que traviesas son estas hijas mías, creo que va siendo hora de que salgan al mundo a aprender todo lo que puedan.
El padre va y se sienta en un diván.
Padre: Hijitas, vengan un momento por favor.
Las niñas se levantan y corren junto a él.
Hermana menor: ¿Qué pasa, papito querido?
Padre: Ustedes saben muy bien que desde que murió su madre, me he preocupado de que tengan una buena educación. Lamentablemente, no puedo ocuparme de todo yo solo. Soy muy ignorante y ustedes necesitan un buen maestro. Por eso he decidido que irán a buscar al sabio de la montaña, él las instruirá como es debido.
Hermana mayor: Si eso quieres, papá, lo haremos.
Padre: Vayan, es imposible perderse.
SEGUNDO ACTO
Las hermanas van andando por el camino con morrales en los hombros.
Hermana menor: Oye hermanita, ¿y ya sabes qué es lo que le vamos a decir al sabio cuando estemos con él?
Hermana mayor: No… pero se me ocurre una cosa.
La niña se arrodilla delante de una mariposa de color azul, (una mariposa de juguete) y la toma entre sus manos.
Hermana menor: Pobrecita, ¿qué le vas a hacer?
Hermana mayor: No le voy a hacer nada. Pero si ese hombre es tan sabio como papá dice, seguro que podrá resolver un simple acertijo.
Hermana menor: ¿Y cuál va a ser?
Hermana mayor: Tu confía en mí cuando lleguemos a su palacio. ¿De acuerdo?
Hermana menor: De acuerdo.
Las dos siguen andando muy contentas por el sendero.
TERCER ACTO
Las niñas entran por la parte izquierda del escenario, que ahora muestra una decoración oriental fascinante, como la de un palacio. El gran sabio se encuentra sentado en forma de flor de loto sobre unos cojines.
Sabio: ¿Qué las trae por aquí, queridas niñas?
Hermana mayor: Nuestro padre nos ha mandado a averiguar si es usted tan sabio como dice la gente.
Sabio (rascándose la barbilla): Vaya, pues esa sí que es toda una sorpresa. ¿Y cómo van a averiguarlo?
Hermana menor: Mi hermanita tiene una pregunta para usted.
La niña extiende ambas manos cerradas en forma de capullo.
Hermana mayor: Hay una mariposa aquí adentro. Tiene que adivinar, ¿está viva o muerta?
Sabio: Eso depende ti.
Hermana mayor: ¿Cómo?
Sabio: Tú eres quien la tiene en sus manos, su vida depende de ti. Dímelo tú, está viva o muerta.
Las hermanitas se miran sorprendidas.
Hermana mayor: No lo sé…
Abre las manos con preocupación y la mariposa sale volando.
Sabio: Hay algo que deben aprender, queridas. Encontrar la sabiduría no se basa en juzgar que tan inteligentes son los demás, sino cuan mejores podemos ser nosotros. ¿Comprenden?
Hermana menor: Entendemos.
El sabio sonríe y las invita a tomar el té.
FIN
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