Descripción: Obra corta de terror. Tras encontrar una caja de viejos casettes en la casa de su padre, Daniel realiza un terrorífico descubrimiento.
Personajes: Daniel, Adela, Teo, paramédicos
PRIMER ACTO
Daniel y Adela, una pareja joven de novios, entran en escena. El escenario está decorado como un ático polvoriento y muy antiguo.
Adela: Daniel, ¿seguro que estás bien? Debe ser difícil para ti entrar en este lugar, mi amor.
Daniel: Lo es Adela, después de todo, mi padre se quitó la vida en este ático… pero la vida sigue y si queremos vender la casa, debemos empezar a por sacar sus cosas., ¿no crees? Ayúdame con algunas cajas.
Ambos empiezan a revisar y mover cajas, hasta que Adela se encuentra con algo.
Adela: Mira Daniel, tu papá guardaba casettes.
Daniel se acerca a ver y pone una expresión sombría.
Adela: ¿Qué pasa?
Daniel: ¿Sabías que mi madre murió en este mismo ático? Fue cuando yo era niño. Se colgó justo en el sitio donde lo hizo mi padre.
Adela (asustada): Ay Daniel, nunca me dijiste que ella también se había quitado la vida.
Daniel: Mi padre fue quien la encontró y estaba convencido de que su espíritu continuaba aquí. Por eso grababa estos casettes, esperaba obtener alguna psicofonía o algo por el estilo… a veces pienso que mi familia está maldita, Adela.
Adela: No digas eso. Será mejor que bajemos a comer algo. Ya continuaremos con esto después.
Ambos salen de escena.
SEGUNDO ACTO
Adela se encuentra en su sala de estar, llorando desconsolada, mientras un par de paramédicos sacan una camilla por la puerta. En la misma, yace un cuerpo sin vida, cubierto por una sábana. Un muchacho de la misma edad de Daniel aparece en escena, devastado.
Adela: Colgado como su madre y su padre… ¿por qué Daniel haría algo así? Teo, tú eres su mejor amigo, ¿sospechabas algo?
Teo: Pensaba que estaba deprimido por lo de su padre. (Saca una cinta de su bolsillo). Encontré este casette en el suelo.
Adela lo toma, sorprendida.
Adela: Es uno de los casettes de su padre.
Teo: Creo que tenemos que escucharlo.
TERCER ACTO
Temblando, Adela entra en en su habitación y coloca el casette que Teo le entregó en un viejo reproductor. Lo enciende y llena de angustia espera, hasta que un sonido entrecortado se reproduce desde el aparato. La grabación muestra lo que parece el llanto de un hombre mayor, gritando desesperado.
Teo: ¿Es Daniel?
Adela: No… suena como… suena como su padre.
Teo: ¿Su padre? No puede ser.
Los dos vuelven a poner atención hasta que en el fondo, se hace escuchar un gemido femenino, angustiado y lleno de dolor. La voz del padre de Daniel le pide perdón repetidas veces, antes de que el casette se quede en silencio.
Adela: No puede ser… no puede ser…
Teo: La madre de Daniel no se mató, fue su padre quien le quitó la vida.
Adela: Que horrible, apuesto a que estaba grabando una de sus psicofonías justo antes de colgarse… y Daniel escuchó todo. Oh, Dios mío.
Teo: Estoy seguro de que no pudo soportarlo.
Ambos se miran con pesar y se abrazan para consolarse.
FIN
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