Descripción: Adaptación de un popular creepypasta. John se sienta con sus padres a cenar y tienen una escalofriante conversación.
Personajes: John, Papá, Mamá, Chica
ACTO ÚNICO
Se abre el telón mostrándonos el interior de una casa, específicamente el comedor y la sala de estar. Todo está impecable y decorado con gran elegancia. En un sillón, un padre de familia bien vestido lee el periódico y fuma un habano. Más allá hay una puerta cerrada con una ventana circular, que claramente es la cocina. Una mujer impecablemente vestido con delantal y collar de perlas, sale alegremente.
Mamá: ¡John, es hora de cenar cariño!
La madre vuelve a entrar en la cocina. Aparece en escena un adolescente vestido de manera algo formal, con pantalones caqui y un chaleco de algodón. Trae el cabello bien peinado. John se sienta a la mesa y el padre deja su periódico y apaga su cigarrillo.
Papá: Bueno John, es hora de ver que excelente platillo nos ha preparado tu madre hoy, ¿verdad? (Ríe alegremente).
John baja la cabeza, se ve incómodo. Mira a su padre de reojo y luego a su madre, que vuelve a salir para acomodar un centro de mesa.
John: Mamá, papá… soy adoptado.
Los adultos lo miran con sorpresa.
Mamá: ¿Pero qué dices, cariño?
Papá: John, ¿qué te hace creer algo así?
Un tenso silencio se apodera del comedor. John se encoge de hombros tímidamente.
John: Simplemente lo sé.
Papá: No digas tonterías, John. Eres nuestro hijo y te amamos, ¿me escuchas?
John observa a su padre como si quisiera leer en su rostro, buscando algún indicio de que le esté mintiendo. Pero él solo sonríe con amor paternal.
Mamá: Siéntate, cariño. Casi he terminado con la cena.
John toma una servilleta y la despliega sobre su regazo, sin dejar de mirarse nervioso. La madre vuelve a entrar en la cocina y sale cargando una fuente repleta de carne ahumada, en la que se ve un brazo humano cocinado. La puerta de la cocina se queda abierta y al fondo, podemos ver a una mujer inmóvil, atada a una silla con cinta adhesiva y la mirada perdida. Una de las mangas de su blusa cuelga floja y ensangrentada desde su hombro. Está muerta.
Papá: ¡Querida, como siempre te has lucido! Luce realmente delicioso.
Mamá (alegre): A comer se ha dicho. Por cierto John, tengo que amonestarte por tus modales de nuevo. En ningún momento pasaste a saludar a nuestra invitada. (Señala a la chica de la cocina con un movimiento de cabeza). Oh, bueno, supongo que ya no importa.
Los padres comienzan a servirse de la fuente de carne y el papá llena sus copas de vino tinto. John mira su plato pálido y asustado.
Mamá: ¿Qué pasa, John? No has tocado tu comida.
Papá: Adolescentes, ya sabes como son. Un día se les va el apetito y al siguiente parece que podrían ser capaces de comerse a un caballo.
Los dos ríen.
John (susurrando): Soy adoptado… por favor, díganme que soy adoptado…
FIN
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