Hace mucho tiempo, allá por el desierto habían pequeños pueblitos, estos comerciaban entre sí y hasta se tenía la libertad de viajar entre uno y otro.
Sin embargo un día, seis 6lideres de estos pueblos estaban reunidos platicando sobre un proyecto de producción, uno de ellos, el jefe de un pueblo llamado Llarakata, volvió a su aldea tras la reunión. Dos semanas después se convocó a otra asamblea para seguir del proyecto, pero misteriosamente él no se presento. Tras esperar toda la noche, los otros quedaron en volver a sus respectivos hogares para ver si alguien tenia noticias de Llarakata. Muchos pueblerinos dijeron que habían dejado de recibir cóndores mensajeros de la aldea en las últimas semanas. Dos días más tarde, los lideres se encontraron e informaron de la situación.
Tras un rato de charla, decidieron formar un equipo de búsqueda y mandarlo a los terrenos de el pueblo Llarakata; este equipo estaría conformado por veinte guerreros de los diferentes pueblos; sospechaban de que había ocurrido una invasión.
Al día siguiente salieron los guerreros, estuvieron caminando por varias horas a través de cultivos que sobrevivían entre la arena; esta era la especialidad de Llarakata. Llegaron a una colina desde donde se veía el pueblo, al principio parecía normal aunque no tardaron mucho en darse cuenta que no habia nadie.
Bajaron rápidamente y se encaminaron a la puerta de la calle principal, buscando a la gente. Tocaron un par de casas y nadie respondió, hasta llegar a la séptima casa.
—¿Quien es?
El líder de los guerreros habló, informándole de la situación. Un hombre abrió la puerta.
—No sabía nada, llevo mas de dos semanas encerrado en mis asuntos.
Los guerreros le pudieron que los acompañara mientras buscaban otra pista. Estaba cayendo la noche y al no haber gente, nadie prendía los faroles, por lo que estaba muy oscuro. En algún punto dos guerreros se separaron del grupo porque a uno le pareció ver algo moverse.
De repente se escuchó un grito. Los demás acudieron corriendo, solo para encontrar las armas de sus compañeros tiradas y manchadas de sangre, no había ningún cuerpo, solo sangre…
Todos se quedaron muy asustados hasta que el cobarde del grupo habló:
—¡No soporto esto! —exclamó, dirigiéndose hacia la salida.
Minutos después se oyó otro grito…
Estaban por entrar en pánico cuando uno dijo:
—No nos están atacando en grupo, podemos salir de aquí y contar lo ocurrido, siempre y cuando no nos separemos.
Un poco más tranquilos, todos caminaron juntos hacia la salida.
El señor que los acompañaba era el mas asustado o al menos eso parecía, pues en algún momento le habló a uno de los guerreros.
—Tengo que ir al baño, ¿me acompañas?
El hombre accedió. Los dos se separaron del grupo y al alejarse, el guerrero vio algo que nunca se habría imaginado. El hombre se comenzó a achatar y estirar convirtiéndose en una especie de monstruo. El soldado sin entender nada, gritó y echó a correr como alma que se lleva el diablo.
Todos los soldados se movilizaron al oír su grito, encontrando tan solo la espada del guerrero.
Salieron del pueblo con guerreros menos. Estaban muertos y ellos lo sabían.
En ese instante, el hombre monstruo apareció, acompañado por seis criaturas similares. Se desató una batalla, de la cual solo quedaron vivos cinco soldados y dos monstruos.
—No podemos ganar —dijo uno de los guerreros—. Escapa mientras los distraigo.
Así lo hizo.
Cuando el supervivente regresó donde los lideres, se convocó a estos a la mesa de reuniones y les reveló que había unos monstruos que devoraban a la gente.
—Interesante —dijeron ellos—, tienes toda la razón, así somos.
Al escuchar esto el guerrero se quedó perplejo y los hombres comenzaron a transformarse en monstruos de la misma especie.
Y así, los cinco pueblos fueron devorados por estas criaturas dejando solo sus casas como prueba de que existieron, pero estas fueron cubiertas por la arena, enterrando para siempre esta historia…
FIN
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