En medio del bosque se encontraban Harry y Támara corriendo, tratando de escapar de ese extraño ser que los venia persiguiendo sin ninguna explicación. A pocos metros vieron una morgue abandonada; al parecer habían dejado de usarla hace 8 años, desde aquel incidente en el que casi todos los trabajadores y personas que iban a reconocer los cuerpos murieron en un inexplicable accidente. Aparentemente, algo salió mal y desembocó en el incendio del sitio.
Al entrar a la morgue no veían nada, estaba todo oscuro, sin embargo siguieron adelante con el fin de encontrar algo con que defenderse. Escucharon que alguien abrió la puerta, no sabían que hacer, no había otra salida, decidieron buscar un sitio para esconderse y entraron en un cuarto. Mas no sabían que en esa habitación había sucedido todo.
—¿Pero qué es lo que pasó?, ¿por qué el esta aquí? ¿Qué quiere de nosotros? —pregunto Tamara.
—Todo comenzó hace unos años, solo era un niño, no sabia lo que hacía, perdón, todo esto es mi culpa- dijo Harry con un tono tembloroso.
Antes de que el chico pudiese decir algo más, él ya los había encontrado.
Era una presencia maligna, no la podían ver a primera vista. Cuando se acercó más, vieron que el extraño ser se parecía mucho a Harry pero con una gran diferencia: sus ojos eran de color rojo, reflejaban las mismísimas llamas del infierno y su piel tenía una apariencia gris, como careciera de vida.
—¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas este cuarto? -Dijo el enigmático ser con voz oscura y siniestra.
—Yo solo quería un amigo, solo era un niño —dijo Harry, asustado y casi llorando.
—¿Qué pasó harry? ¿Que hiciste? —replicó Tamara.
—Dile Harry, dile lo que hiciste —habló el macabro ser, burlesco y siniestro.
—Yo me sentía tan solo, solo era un niño, no sabía lo que hacia —dijo Harry llorando
—¿Pero qué dices?
El maligno ser empezó a reír de forma macabra.
—Creíste que te ibas a salvar de mi, ¿recuerdas todas ñas vidas que se perdieron aquella vez por tu culpa?
—Tu me engañaste, yo solo era un niño, ¡¿entiendes?!
—El pacto, ¿lo recuerdas?, en este mismo lugar lo hicimos. Una amistad a cambio de varias vidas.
—Lo siento, era solo un niño —le dijo Harry a Tamara—. Solo quería alguien con quien jugar, ese ser me dijo que quería ser mi amigo a cambio de algo.
—¿De qué? —inquirió Tamara desconcertada.
—¿Te acuerdas del incendio? Yo lo cause, fue mi culpa, perdón. Pero no entiendo por el sigue aquí, yo hice lo que él me pidió.
—¿Estás seguro?, ¿te acuerdas de que yo siempre iba a jugar contigo?, iba ser como tu sombra —repuso el ser fríamente.
—Sí, lo recuerdo.
—Llegó la hora del último juego jajaja, ¡el juego de tu muerte!
Un gran destello rojo ilumino la habitación, Támara se desmayo, pero Harry desapareció.
Al amanecer, Tamara se despertó y se percato de que Harry no estaba. Ella salió corriendo de la morgue, contó todo lo que había pasado, pero nadie le creyó. La culparon por la desaparición de Harry, la metieron a la cárcel y nunca más se supo de ella.
Después de unos años decidieron reconstruir la morgue, al cabo de unos meses se empezó a usar, pero se dice que a media noche se escucha una voz pidiendo ayuda.
FIN
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