Key West, o Cayo Hueso, es una isla ubicada en el estrecho de Florida, Estados Unidos, que desde principios del siglo XX se ha convertido en el escenario de un suceso tan inexplicable como macabro. Es en este lugar donde el pintor Robert Eugene Otto, tuvo su residencia. La misma en la que vivió con sus padres y la misma en donde moriría, dejando como legado un escalofriante objeto.
Corría el año de 1906 cuando el pequeño Eugene y sus padres, acogieron en su casa a una esclava que procedía de las Bahamas. Esta mujer, se rumorea, era muy dada a practicar vudú y magia negra; algo que se hallaba muy presente en su herencia familiar. La criada fabricó un pequeño muñeco vestido de marinero, (algunos dicen que tomó algunos de los cabellos del niño, para formar el pelo del juguete) y se lo obsequió a Gene.
A él le gustó tanto, que decidió llamarlo Robert como él y desde ese momento fueron inseparables. Aquello sería el comienzo de un oscuro episodio para la familia Otto.
Los padres de Eugene comenzaron a acostumbrarse a verlo hablar con Robert. Al principio parecía un juego inofensivo, en el que creían que su hijo se respondía a si mismo usando al muñeco, cambiando su voz para fingir por él. Más adelante cambiarían de opinión.
Aseguraron haber visto a Robert a hablar en más de una ocasión.
Los accidentes en la casa no fueron pocos. Objetos que se estrellaban o se caían al suelo, puertas que se cerraban o abrían misteriosamente, cosas que desaparecían y otros hechos sin explicación, pusieron a prueba los nervios de los dueños de casa. Cuando la madre le preguntaba a Eugene si él estaba detrás de estas travesuras, él se limitaba a responder con un: «Lo hizo Robert, mamá».
La fama del muñeco llegó a tal, que eran varias las personas que se acercaban hasta Key West para indagar si los macabros rumores eran ciertos. Algunos vecinos afirmaron, de hecho, haber visto al muñeco asomándose por las ventanas. Si pequeña silueta cambiaba de habitación sin que detrás de él hubiera alguien para moverlo.
Los años pasaron y los señores Otto fallecieron. De la vieja esclava de las Bahamas tampoco llegó a saberse nada más, pues un día desapareció. Jamás se pudo comprobar que llevara a cabo sesiones espiritistas y que practicara la magia negra en contra de sus amos, o de otros pobladores.
Eugene se convirtió en un célebre pintor y a pesar de la reputación que se había creado, siempre mantuvo a Robert en la casa, como un buen recuerdo de infancia.
En 1974 murió y el muñeco fue trasladado a la oficina de correos de la isla y posteriormente, al Museo East Martello de Key West, Allí, permanece en exhibición para los curiosos. En más de una ocasión, también se lo ha llevado a distintas conferencias sobre lo paranormal, donde su historia sigue despertando fascinación.
Se dice que Robert fue la principal inspiración de los creadores de Chucky, el muñeco asesino.
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