Descripción: Lucina recibe un encargo muy importante para el pesebre del Niño Jesús. Cuando todo parece perdido, un milagro le demostrará que el amor es el mejor regalo en Navidad.
Personajes: Lucina, Anciana, Padre Solano, Lugareños
PRIMER ACTO
Lucina, una niña de 12 años, se encuentra limpiando la capilla cuando entra el Padre Solano, vestido con sus hábitos.
Padre Solano: Lucina, ¿ya está todo listo para la misa de Navidad?
Lucina: Sí padre, he limpiado muy bien el piso para poner el pesebre.
Padre Solano: ¡Excelente! Y tengo un encargo muy especial para ti. Como sé que estás aprendiendo a tejer, se me ocurrió que podrías hacerle una manta al Niño Jesús. ¿Crees que podrías?
Lucina: ¡Claro que sí, padre! Usted confíe en mí, el Niñito Jesús no va a pasar frío esta noche.
Padre Solano: Muy bien, cuando la termines ven a misa con ella. Todos vamos a traer regalos para el Niño Jesús.
Lucina asiente con la cabeza y el sacerdote sale de escena.
SEGUNDO ACTO
En su casa, Lucina se esfuerza por tejer con sus madejas e hilo, sin poder evitar que se le forme una maraña de algodón en el regazo.
Lucina (quejándose): ¡Por Dios, que tarde es! La misa está a punto de comenzar y no he terminado la manta, ¿qué voy a hacer?
Lucina se cubre la cara con las manos y llora en silencio.
Lucina: ¡Soy una tonta! ¿Ahora que le voy a llevar de regalo al Niño Jesús?
A través de la ventana, una anciana se asoma y la mira con lástima.
Anciana: Niña, ¿por qué estás llorando?
Lucina: Ay abuelita, es que hice una promesa que no voy a poder cumplir. Yo quería llevarle una manta al Niño Jesús a su pesebre, para que no tuviera frío. ¡Pero mira! Ni la mitad he podido tejer.
Anciana: ¿Quieres mucho al Niño Jesús, verdad?
Lucina: Mucho, la Navidad no sería hermosa si él no estuviera para acompañarnos.
Anciana: Lo sé, me doy cuenta de que tienes un corazón muy puro. Por eso te voy a ayudar.
La anciana sube los brazos y deja ver que está cargando un bulto.
Anciana: Aquí tengo una planta que es muy especial. Ven y arranca un par de ramas para que se las lleves al Niño Jesús.
Lucina: ¿Ramas? Pero, ¿qué clase de planta es esa?
Anciana: Confía en mí, mi niña. No llegarás con las manos vacías a ese pesebre.
Dudando, Lucina hace lo que le dice y coge dos ramas.
Anciana: Ahora ve, te están esperando en la iglesia.
Lucina sale de escena y la anciana se retira de la ventana, sonriendo.
TERCER ACTO
Lucina entra en la capilla, apenada. El padre Solano y los lugareños del pueblo ya están ahí, admirando el pesebre.
Padre Solano: ¡Por fin llegas, querida! ¿Trajiste la manta?
Lucina: Verá, padre… yo… traté de tejerla pero… pero, se me ocurrió traerle otro regalo al Niño Jesús.
Debajo de su capa, Lucina saca unas flores de Nochebuena preciosas y todos emiten sonidos de asombro.
Padre Solano: ¡Qué hermosas son! Nunca había visto flores iguales.
Lucina sonríe y coloca las flores en el pesebre.
Lucina: Para ti, mi niño. Gracias por tu amor y por este milagro de Navidad.
FIN
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