Tenía mucho miedo cuando empezó esto, primero pensaba lo que podrían decir de mi, no iba a ser muy creíble lo que me estaba sucediendo.
El 18 de enero empezó este problema extraño, al cual no le presté casi atención, pensaba que era algo normal. Esa tarde, aparentemente normal y soleada del día 18, saque a mi perrita Queen al frente de mi casa, como siempre la dejé correr y jugar con los perros del parque. Ese día en especial, la ví jugar con un perro extraño, de aspecto enorme y de un negro bastante tenebroso, no sabía cual hubiera podido ser su extraña raza, pensé que era único, nunca lo había visto ni lo volví a ver.
Queen jugaba con este perro enorme como si fuera un perro de juguete, me tranquilice y pensé que no iba a pasar nada, por eso me fui a charlar con las demás personas del parque.
Después de uno 5 minutos llamé a Queen con nuestra particular señal, un silbido pegajoso. No llegó, busque en todo el parque, con los demás dueños y no apareció; les comentaba a todos el aspecto de ese extraño animal que parecía más bien una pequeña pantera negra y peluda, todo el mundo se asombraba cuando veían mi rostro lleno de seriedad y se aguantaba las ganas de reír.
Me resigné despues de las 3 horas, era imposible que no apareciera, aunque fuese enferma o con alguna persona milagrosa que la trajera. Me fui a mi apartamento, lloré a solas, sintiéndome observada, me encerré en mi habitación. Al cabo de una hora escuché gemidos, pensé que estaban en mi cabeza por el deseo de escuchar a mi Queen. Duraron bastante.
Diez minutos después fui a revisar el patio y encontré a la perra medio asfixiada, por un collar muy llamativo y de color oro que tenía una llave de aspecto antiguo y misterioso, incrustada alrededor de su cuello. Di gracias de que mi perra fuera una criolla y fuerte, porque cuando le quité el collar quedaron heridas que hasta el día de hoy no se han cicatrizado.
Le decidí contar a mi papá, quien sintió un resentimiento mucho más grande que el mío por la asquerosa persona que podría haberle causado esto. Él y yo no queríamos contarle a mi mamá porque ella nos hubiera dicho que dejáramos las cosas como estaban. Mi papá fue la primera persona en medio saber, no quería estresarlo más de lo debido.
Fuimos a revisar las cámaras del conjunto, después de dos largas horas esperando a la administradora y a los celadores, pudimos revisar cómo aparecía un carro negro que se llevaba a la perra.
No pudimos saber quien había le hecho eso, nos concentramos en Queen. Al cabo de dos días empezaron a pasar las cosas que verdaderamente me asustaron. Deje esa llave escondida en un baúl viejo de mi abuela que nadie tocaba, eran recuerdos que no revivíamos. El 20 de enero salí a mi jardín a tomar sol, encontré una hoja rota de un olvidado cuaderno de primer semestre; se me hizo extraño, ¿quién y para qué hacía esto? No le dí tanta importancia.
Después encontré ese viejo cuaderno con más hojas rasgadas, en el estaba la llave enroscada en su parte anillada. Sentí que era observada, esos tres siguientes días volteaba a cada rato para ver quien estaba atrás, sin importar si estaba en casa sola o acompañada, algunos empezaron a preguntarme cosas que a veces ni entendía. Oía un pequeño sonido que no empecé a distinguir hasta que empezaron los sueños. Algunos no los recuerdo bien son más que todo sensaciones que no sabría describir.
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