Personajes:
Marcos: Esposo
Maria: Esposa
En la sala de la casa, María se da cuenta que Marcos la ha estado engañando con otra mujer. Después de enfrentarlo, el esposo le pide perdón de todas las maneras, pero ella renuente decide separarse de él y el esposo empieza a reaccionar de un modo relativamente machista.
La esposa, con la maleta hecha abre la puerta dispuesta a irse de su casa.
–Marcos: Maria ¡escúchame!, no te puedes ir así, molesta. Por favor, perdóname, sé que me merezco todo lo que estás haciendo pero te estoy pidiendo otra oportunidad.
–Maria: ¿cómo te atreves a decirme todo eso si fuiste tu el que destruyó toda la pasión, en cuestión de minutos? Me pisaste el corazón con esta terrible traición que hiciste casi en mi cara. Eres tan cínico que no te da vergüenza darme la cara y pedirme perdón.
–Marcos: (colocando los brazos en alto), te lo pido Maria por favor, solo se trataba de un desliz, no me di cuenta de todo lo que estaba arriesgando, sin pensar que ese simple desliz que no significa nada, podía poner en juego el amor que tú sientes por mí. Tu misma sabes que mi alma y mi corazón son tuyas.
–Maria: (Con mirada fija), es imposible perdonarte, no puedo hacerlo ¿quién sabe cuántas veces más podrías hacerlo si te perdono? Nada más ponte a pensar ¿si fuese yo la que en este caso hubiese sido infiel a tu amor? ¿Lo perdonarías? ¿Lo olvidarías por completo? Ya te quisiera ver en ese puesto. Pagaría por verlo.
–Marcos: (La toma de sus brazos con desesperación) Tu estás equivocada, sé que es difícil pero debes entenderme, esto es diferente, no significa nada para mí, es un simple resbalón que no puede acabar por completo con nuestro matrimonio de años.
–María: (Con impaciencia y rabia contesta) No digas que esto es diferente, cuando de igual forma se trata de una infidelidad, sea por el motivo que sea, el punto es que estabas buscando tu placer fuera de casa y ese no es el objetivo de un matrimonio, ¡un matrimonio de verdad! No estoy equivocada, no soy una mujer de metal que no siente nada.
–Marcos: (Con machismo, responde) También tienes que estar consciente que las debilidades pueden pasar en frente de mí, soy hombre y la carne es débil. ¡Entiéndeme!
– María: De verdad, eres patético, inconsecuente. Así como tu eres hombre, yo soy humano y lo doy todo por amor siempre y cuando me correspondan de la misma manera, no cuando me responden con infidelidad, con ingratitud, pues este dolor también se siente, aunque tú seguramente no lo hayas vivido.
Siempre ten en cuenta que así como un matrimonio se trata de fidelidad, la lealtad también está del mismo lado y al perdonarte sería un amor como cuando se rompen los cristales de un espejo, así lo pegues de la forma más perfecta ¡Jamás quedará igual que antes!
Fue así como Marcos quedó en un silencio sepulcral y María con mucha decisión, terminó de dar el paso hacia delante y se marchó, teniendo la razón.