Personajes
Christina: Reina de Roca de fuego.
Charlotte: Hija mayor de la reina.
Emperatriz: La segunda hija de la reina.
Milena: Hija menor de la reina.
Zahir: Sultán de las arenas.
Acto I
La reina ha reunido a sus hijas en el salón real para dar a conocer la nueva noticia, el sultán de las arenas del desierto, el joven Zahir se encuentra buscando esposa, y ha decidido desposar una princesa de roca de fuego, la oportunidad perfecta para incrementar el poder político de esa nación.
—A la elegida le esperan lujos que harán ver la vida en este castillo como de plebeyos, sea la envidia de toda mujer en las 5 grandes naciones, pero; ¿cuál de ustedes quiere desposarse con el sultán?—Pregunto la reina con complicidad.
—Creo que por ser la más joven tengo posibilidades de concebir hijos sanos para el sultán, además si mis hermanas no han encontrado marido a estas alturas por algo será— Agrego Milena descaradamente.
—Soy la mayor y es mi deber asumir este gran compromiso para la nación, esta es la oportunidad de oponernos a yugo de las grandes naciones y unificar nuestros pueblos para formar una coalición que funde los cimientos de nuestro reino— Dijo Charlotte entusiasmada.
—Aunque sus argumentos son válidos debo decirles que para el sultán ninguna de sus palabras cuentan, el decidirá con quien casarse, es un hombre del desierto y las costumbres de nuestro pueblo no van con su cultura— Dijo Christina aclarando todos los puntos.
—Me da igual quien sea, puede ser el mismo rey de Tysha pero si no quiero no me casare con un desconocido, ya no vivimos en la era de los clanes para someternos al juicio de un extranjero para asegurar nuestra supervivencia— Dijo emperatriz.
—Hermana que sabias palabras, pero todas en el fondo sabemos que quieres la corona de las arenas tanto como nosotras, pero esperemos que el sultán llegue a nosotras y escoja a la que crea merecedora de tal título— Dijo Milena mirando cautelosamente a su hermana.
—El sultán llegara en dos días, más les vale cautivarlo, no queremos que las princesas de roca de viento nos arrebaten a el heredero del ejercito de las arenas— Dijo la reina duramente.
La tensión abrumaba la habitación, cada una tenía sus razones para tener la corona de las arenas y harían lo necesario para tenerla.
Acto II
Era un día de júbilo, el sultán Zahir arribo la roca de fuego en busca de una nueva consorte, la reina lo esperaba junto a sus hijas en el trono de las rosas humeantes.
— ¡Bienvenido!, sultán de las arenas del desierto, es un honor recibir a tan importante figura en nuestra humilde nación— Dijo la reina tratando de adular al recién llegado.
—Gracias por tan cálida bienvenida su majestad, ahora me gustaría que abordáramos el motivo de la visita— Dijo Zahir secamente.
—Por supuesto, déjeme presentarle a mis hij— Fue cortada tajantemente por el sultán. — Ella es a quien quiero— dijo el sultán señalando a Emperatriz.
La selección del sultán sorprendió a todos, pero esto había ofendido mucho a sus dos hermanas quienes esperaban ser las escogidas, la ira se reflejaba en sus ojos como la furia de un dragón.
Acto III
Un escándalo arruino los planes de boda entre los dos monarcas, se corrió el fuerte rumor de que la princesa Emperatriz no era pura, el sultán se sintió ofendido y solicito una revisión, pero la princesa se negó rotundamente a ser humillada en tal acto.
Luego de mediar a favor de su reino, Christina convenció al sultán de permanecer un tiempo en el castillo para pensar sobre las cosas y conocer mejor a sus dos hijas, esto lleno de esperanzas a las otras princesas ya que añoraban ser la consorte de Zahir.
Pero la competencia seria ruda entre estas mujeres que darían todo por el todo para arrebatarse el poder la una a la otra, Milena intento quemar la habitación de su hermana dejándola sin vestimentas para cortejar a Zahir, en respuesta a este ataque Charlotte había agregado en el agua de su hermana una posición de sueño que mantuvo a su hermana en cama durante dos días.
Estos enfrentamientos escalaban un nivel mayor causando problemas ya sea en el castillo o fuera de este, el caos era eterno pero al parecer el sultán disfrutaba ver como las gatas luchaban por él, como dos ninfas peleando por un sátiro.
— ¡Esto es el límite!, ¿cómo te has atrevido zorra?, me las pagaras — Dijo milena lanzándose contra su hermana mayor.
—Ya basta, este comportamiento no es propio de una princesa— Dijo la reina furiosamente —Fue muy bajo de su parte Charlotte, cortar el cabello de tu hermana mientras dormía es un delito, has atentado contra la belleza de una de tus hermanas, que pasa si el sultán no te desea a ti y decide buscar esposa en otra nación.
—Eso no hará falta mi reina, creo que según las circunstancias debo desposar a la más hermosa y pura de sus hijas, por eso escojo a su primogénita para ser mi esposa — Dijo Zahir sin mucho entusiasmo.
Acto IV
Una vez celebrada la boda la unión entre las arenas del desierto y roca de fuego se encontraba consolidada, o eso pensó la reina, al pasar los años Charlotte no daba señales de haber quedado en cinta, aun después de someterse a un tratamiento con las mejores curanderas de todo el continente de Orquídea no lograron curar su infertilidad.
Esto lleno de ira al sultán quien había desposado a otra mujer quien le había dado ya dos herederos, con el tiempo el sultán regreso a Charlotte a su hogar anulando la alianza con roca de fuego.
Emperatriz se había coronado como la reina de roca de fuego, dejando a sus hermanas sin derechos reales, los cuales habían perdido tras los eventos ocurridos.
La sombra de la vergüenza inundo el reino, sin aliados ni relaciones estratégicas solo era cuestión de tiempo hasta que sus enemigos se volcaran en una masacre que acabaría con el ultimo reino de las rosas, donde la avaricia fue el ingrediente principal para desatar la desdicha en el reino de roca de fuego.
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