El Hotel Humboldt es una de las construcciones más populares en la bella ciudad de Caracas, Venezuela. A día de hoy este lugar sigue siendo motivo de gran controversia entre la población, pues no son pocas las cosas que se cuentan acerca de él relacionadas con lo paranormal. Se dice que los huéspedes han sido testigos de extraños ruidos, pisadas y lamentos.
Dicha situación tendría su origen en una leyenda que data del siglo XX y que se sitúa en este edificio tan peculiar.
Cuenta la historia que cuando vivía el general Marcos Pérez Jiménez, (un conocido militar venelozano), acostumbraba encontrarse con su amante en una habitación de dicho hotel. Pérez era casado y su esposa tenía fama de ser una mujer celosa. Como desgraciadamente ocurría con muchos hombres de la época, esto al señor le traía sin cuidado.
Parecía una norma que todos los sujetos con su posición tuvieran a sus queridas, actuando como si nada al volver a casa con sus respectivas parejas.
En una de sus escapadas, Pérez estaba disfrutando con su amante en una de las mejores habitaciones cuando, nadie sabe como, su esposa se presentó en la recepción, alegando que sabía que él se encontraba ahí. Alguien debía haberle avisado lo que hacía su esposo a sus espaldas.
Como los empleados tenían instrucciones para encubrir al señor, dos de ellos subieron a toda prisa para avisarle que su mujer estaba abajo.
Su amante se levantó de la cama nerviosa, pero él no perdió el control.
—Cálmate. Ve a esconderte en el balcón y no salgas de ahí hasta que yo te diga.
Justo estaba saliendo a la terraza cuando la puerta se abrió y entró por ella la furiosa esposa de Pérez. Ella alcanzó a ver como la otra se ocultaba afuera y le recriminó a Pérez por engañarla. Acto seguido salió al balcón a arremeter en contra de la amante, sin que el hombre pudiera intervenir.
Entre los forcejeos y los gritos que inundaron al balcón, la querida de Pérez se precipitó por el barandal y fue a estrellarse contra el suelo, muriendo en el acto.
Aquel homicidio involuntario pesaría para siempre sobre la reputación del hotel.
Los años pasaron y la gente siguió yendo y viniendo entre sus habitaciones. Entonces los empleados del Humboldt empezaron a darse cuenta de que periódicamente, las personas afirmaban ver a una muchacha que deambulaba por ahí a mitad de la noche. Lo hacía sobre todo en la habitación donde había ocurrido el crimen. A veces la veían caerse de nuevo por el balcón y se sobrecogían al asomarse y no encontrarla.
De nada sirvió que trataran de ocultar lo que ocurría en el hotel. Tarde o temprano surgían inquilinos que veían al fantasma.
Se dice que aun en la actualidad se la puede ver o escuchar en una planta específica del edificio. Muchos han evitado hospedarse allí por lo mismo. Pero otros, fervientes amantes de lo paranormal y muy valientes, no han perdido la oportunidad de ir a averiguar.
me super mega duper encanto la historia
gracias por ponerla ahora puedo entretenerme leyendola en el recreo con mis amigas, ya que somos amantes de lo paranormal. Y sobertodo yo
estubo muy chevere