Descripción: En la temible prisión de Alcatraz, dos vigilantes están a punto de descubrir la más siniestra de las leyendas.
Personajes: John, Miles, Preso
PRIMER ACTO
Se abre el telón, mostrándonos uno de los pasillos de la tenebrosa prisión de Alcatraz, un lugar oscuro y siniestro. De fondo, se escuchan las voces de los guardias y los gritos de algunos internos. John y Miles, dos oficiales de seguridad, entran en escena. El primero es un hombre algo maduro, mientras que el segundo se ve más joven.
John: Miles Davis, bienvenido a la prisión más infame de todas. Mejor prepárate, no es fácil vivir en Alcatraz.
Un grito desgarrador se escucha en la celda frente a ellos.
Preso: ¡Está aquí! ¡Está aquí! ¡Sáquenme!
John toma su porra y golpea fuertemente los barrotes.
John: ¡Silencio, infeliz! ¡Qué voy a entrar a darte lo tuyo!
Miles: ¿Qué le pasa a ese sujeto?
John: Está loco, quiere llamar la atención.
Preso: ¡Hay alguien conmigo! ¡Veo sus ojos!
John: ¡Si no te callas, también vas a ver mi porra rompiéndote la cabeza!
El preso llora y Miles se ve incómodo.
John: Ven conmigo, necesitarás un café bien cargado para comenzar tu primera ronda en Alcatraz.
SEGUNDO ACTO
En una habitación pequeña y poco iluminada, John prepara dos tazas de café.
Miles: ¿A qué se refería ese preso, John?
John: ¿Eh? (Le tiende una taza).
Miles: Decía que había alguien encerrado con él.
John: Está loco, como te dije. Todas las noches es lo mismo, insiste en que ve la silueta de una persona con ojos rojos encerrada en su celda. Obviamente ha perdido el sentido común,
Miles: Se veía aterrorizado. Y convencido.
John: Te diré, Alcatraz es muy famosa por sus fantasmas, no olvides que gente de la peor calaña ha muerto aquí. Los presos y los guardias ven sombras, oyen voces. Ni te imaginas la de sustos que se han llevado algunos. Quien sabe, igual y en una de esas, el pobre diablo no se está imaginando nada.
Miles: ¿Entonces por qué insistes en que se ha vuelto loco?
John: ¿Qué más puedo hacer? ¿Sacarlo? Diga la verdad o no, es un hecho que merece pudrirse en donde está ahora. Ese tipo mató a seis personas, ¿entiendes? No tuvo compasión. Diría que está recibiendo un justo castigo.
Un grito desgarrador del prisionero los sobresalta y ambos, sorprendidos, sueltan sus tazas y salen corriendo del escenario.
TERCER ACTO
John entra en la celda con cuidado mientras Miles espera afuera. Se pone nervioso al escuchar silencio en el interior.
Miles: ¿Pasa algo?
John deja salir un grito de horror y su compañero dirige la luz de su linterna hacia la celda, iluminándola por completo. John se encuentra lívido de terror, mirando el cuerpo del preso en el suelo. Este yace inmóvil, con una expresión horrorizada en el rostro y marcas de dedos en el cuello.
Miles: Está…
John: Muerto. (Se persigna y sale a toda prisa de la celda). Maldición Miles, maldición, ¡no puedo seguir así! Hoy mismo me marcho de este lugar.
Miles: Me voy contigo, John. Creo que no tenemos más nada que hacer aquí.
Ambos salen del escenario temblando de miedo.
FIN
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