Erase una vez dos estudiantes que vivían solos en un departamento de estudio. Ambos siempre tenían la costumbre de jugar hasta tarde con la consola. José, iba hacer la excepción un día ante Víctor, pues el necesitaba descansar temprano porque tenía la prueba final al siguiente día. Por esa razón Víctor decide hacer esa noche algo distinto, ya que él no podía conciliar el sueño desde temprano.
A él se le ocurrió una excelente idea, era amante de los juegos de terror y lo primero que se le vino a la cabeza fue vivir una experiencia similar pero en la vida real. El vivía en una calle tenebrosa, desolada y sin mucha gente luego de las 8:00 PM. Le emocionaba salir fuera y sentir la soledad en medio de lo oscuro pensando en las cosas más oscuras.
Cuando salió el frío le pega en su cuerpo helándole la piel e inconscientemente poniéndosela de gallina. Coge de su hombro su suéter y luego de cerrar la puerta se lo coloca. Emocionado empieza a caminar en dirección hacia el cementerio, quería exponerse al máximo peligro, aún sabiendo que de su casa al lugar había más o menos 1 hora de camino.
Pero cuando ya llevaba unos 40 minutos de camino, empezó a sentir una pesadez en el ambiente, notó que a unas 7 cuadras de él había un hombre parado en medio de la calle. Apenas se le podía ver la silueta al mismo. Aunque pareciera inofensivo de lejos algo le dijo a el que se detuviera a observarlo, quizás para sentir un poco de terror interno a propósito.
Después de mirarlo quizás por unos 10 minutos seguidos notó que el tipo venía acercándosele, pero de una manera muy extraña. De la manera en cómo se acercaba parecía que caminaba raro, pero luego de que estaba a unas 5 cuadras el hombre ya se podía notar que se iba de un lado a otro. En ese mismo instante pensó que estaba ante un borracho.
Sin embargo, cuando faltaban 3 cuadras para que se encontrara cara a cara con el hombre se dio cuenta de que no venía ni caminando raro, ni borracho, el hombre venía bailando. A pesar de que era un jugón de esos que les da miopía por ver demasiado a la pantalla, pudo observar los detalles faciales de su cara con claridad a esa distancia.
El hombre portaba una sonrisa enorme y que parecía que lo observaba, sus ojos apuntaban mirando al cielo y a medida que se iba acercando se dio cuenta de que estaban rojos, tenía ojeras y una piel pálida de color amarillento. Víctor empezó a asustarse demasiado y después de darse cuenta que el tipo venía por él empezó a llorar y correr en dirección opuesta, como si fuera directo a su casa de nuevo.
Luego de hacerlo durante unas 3 cuadras miró hacia atrás con la esperanza de haberlo perdido. En efecto, el tipo ya no estaba y mientras el caminaba de espaldas mirando hacia atrás, escuchó un auto que venía detrás de él. El mismo se detuvo justo en un faro de luz, apagando las luces del coche se apagó el faro al mismo tiempo, Víctor lo notó normal porque este fenómeno de que se apagaran las luces también le pasaba muy seguido.
Girando la cabeza hacia atrás para ver si no estaba el hombre sonriente y caminando en dirección al auto que estaba ya casi a una cuadra de él nota al estabilizar la mirada al frente que el hombre estaba parado en la mitad de la carretera justo al lado del coche. Cuando lo vio este empezó a bailar en dirección hacia él.
Víctor no pudo contener los gritos y empezó a correr tomando un atajo a su casa, él pensaba en su mente en blanco que quería este espectro. Giró su cabeza para ver si había acortado su distancia con él y se dio cuenta que lo cargaba a menos de 20 metros de su distancia. Esto lo aterrorizó tanto que provocó que le preguntara al tipo cosas como ¿Qué quieres de mí? ¡Por favor déjame en paz!
Cuando Víctor le habló el espectro, o mejor dicho el hombre sonriente se detuvo sin quitar su sonrisa, pero con un pie en el aire y otro apoyado en el suelo empezó a bailar hacia atrás hasta alejarse unas cuantas cuadras de él, hasta ver que sólo quedó una silueta como la vio en el principio. El sintió un alivio en ese momento, pero es allí donde empezaron los hechos más trágicos para él.
Lo que para su persona parecía un hombre sonriente empezó a correr en dirección hacia él. Despavorido empezó a huir en dirección a su casa sin parar, pero cuando estaba cansado cometió el grave error de mirar hacia atrás. Este hombre estaba a unos cuantos metros de distancia, quizás unos 3 metros de él mirándolo fijamente con su sonrisa macabra.
Mientras tanto, José se preparaba para su prueba en casa, estaba listo para estar en una hora en el instituto universitario, iba saliendo pensando en Víctor cuando se lo encontró de frente, pálido, con la cabeza hacia abajo. A José le pareció muy extraño que estuviera de esta manera. Por ello le alzó la cara y se aterrorizó al momento en el que vio una sonrisa macabra dibujada en su rostro, ojos saltones mirando al cielo y lleno de vasitos rotos.
Era evidente que Víctor no era el mismo. José da algunos pasos hacia atrás para llamar a la policía y Víctor entra con el cerrando la puerta y mirando hacia arriba con su cabeza apuntando hacia él. Enseguida da un brinco para ponerse en una pata y empezar a bailar. José lo dio por loco y empezó a asustarse mucho. Al preguntarle a Víctor que pasaba, el mismo dejó de bailar y empezó a correr hacia él.
Desde fuera se escucharon unos gritos, los vecinos entraron para ver que había pasado en el apartamento de los chicos. Lamentablemente encontraron a José mal herido, con los ojos rojizos y con la piel pálida, sin rastros de Víctor…
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