En una hacienda del peronilo, cerca de San Juan de Colón Estado Táchira-Venezuela, hay un gran paisaje de Árboles, cafetales, palmas y muchas otras plantas y variaciones de la vegetación que pintaban de mil colores aquel lugar, aunque lo que más llamaba la atención entre tantas cosas era la Quebrada blanca, la cual contenía agua limpia, transparente y fresca.
En la hacienda se encontraba la Señora Teresa, con su hija Gladys. Un día envió a la chica junto a la sirvienta a recoger unas chamizas secas entre aquellos cafetales. Estas dos jóvenes estaban recogiendo palitos secos mientras estaban conversando muy entretenidas. Pero entre tanta conversación no se percataron que habían alejado mucho de la casa, por lo que dejaron de conversar y tomaron un poco de agua de la quebrada para disponerse a regresar.
En ese instante vieron algo que pasó entre aquellas gigantes rocas que se posaban en medio de la quebrada. Pasó por el reojo de ambas, pero era algo visible y real, sabían que algo las estaba espiando, por lo que se detuvieron a ver el paisaje hacia aquellas rocas, algo no estaba bien. Fue allí cuando en el menor descuido se giraron al mismo tiempo para volver a casa, pero vieron como en unos arbustos que estaban frente a sus ojos pasó una cirueta como la de un mono peludo.
Ellas se asustaron y empezaron a correr en dirección a la hacienda gritando despavoridas. El mono parecía que las perseguía haciéndole señas, pero algo no andaba muy bien con este “Animal” el mismo tenía una figura casi humano, parecía un hombre que no se afeitaba nunca, sus pasos agigantados eran algo anormales para ser de una persona, pero igual su apariencia seguía inquietándole.
Finalmente ambas pudieron llegar a casa a salvo y le contaron todo a Doña Teresa, explicándoles a detalle lo que habían vivido en aquel pequeño bosque junto a la quebrada blanca. Teresa no quiso hacer ningún comentario y ambas jóvenes pensaron que no les creía, cosa que era algo extraño al saber que ella misma estaba consciente de que eran chicas maduras.
Pero durante la cena, en donde estaba reunida toda la familia, sus criados y peones junto a su única hija, Doña Teresa quiso añadir un comentario:
-Esta mañana parece que Gladys y Rosalba mientras buscaban chamizas vieron al mono de la quebrada blanca. Todos se han quedado perplejos ante su comentario, algunos sobre la mesa ya sabían algo de esto, pues lo habían vivido, pero otros sólo se mostraban atónitos ante las palabras de la Doña, mientras sus hijas asistían con su cabeza dándole la razón.
La verdadera historia del Mono de la quebrada Blanca comienza con una chica llamada Mariela, quien tuvo su primer encuentro con esa criatura y nunca más se supo de ella de nuevo, al parecer el mono la había secuestrado mientras estaba tomando agua del río. Su familia inicio una búsqueda, pero no sabían que su Mariela se encontraba a tan sólo kilómetros de distancia de su hogar. El mono tenía una cueva la cual había decorado muy bien para tener a Mariela consigo. Sin embargo, ella no se sentía a gusto y con el pasar del tiempo le surgieron ideas para salir de allí. Con sus uñas escribía en hojas marchitas mensajes de auxilio y los lanzaba en dirección a la quebrada con esperanzas de que alguien lo leyera.
Sin embargo, nadie pudo encontrar sus mensajes por meses. Aún cuando ella tiraba centenares de hojas a diario. El mono le daba a menudo muchos mangos de comer, además de mamones para que pudiera alimentarse. Por las noches el mono la manoseaba e incluso se acercaba a ella para darle calor y n o sufriera de hipotermia en la altura de aquella sepultura. Al tiempo Mariela dio a luz a dos monitos, algo que no cabe en ningún concepto, ya que era prácticamente la creación de un mono y una humana. Eso era lo que hacía humano aquella criatura, algo extraño que pudo hacer que un humano concibiera.
Poco tiempo después Mariela salió de la madriguera a darse un baño, el mono la llevó hasta la quebrada, parece que ni la misma criatura aguantaba el maloliente olor que cargaba la dama. Pero fue allí en donde se separó un momento del mono, parecía que iba a buscar algo en la madriguera. Los chicos le ofrecieron venir con ellos hacia la ciudad, pero ella miraba hacia la madriguera dudosa de ir con ellos.
Los chicos la tomaron de la mano con intenciones de ayudarla, pero ella les advirtió gimiendo del miedo que el mono podía matarlos. Cuando se giraron para reírse de ella vieron que de la madriguera salió la criatura con los dos monitos en la mano, en ese momento Mariela comprendió que la criatura quería pasar un tiempo en familia. Pero en ese mismo instante todo se tornó un infierno, pues el mono empezó a desgarrar a sus hijos furiosos delante de los ojos de la madre, en señal de celos.
Mientras el mono de la quebrada blanca se comía el cadáver de sus propios hijos, los chicos cargaron a Mariela y corrieron hacia la ciudad. Fue así como la historia del Mono de la quebrada blanca se ha hecho famosa en San Juan de Colón. Lo que vivieron Las hijas de Doña Teresa, o mejor dicho la criada y la hija no fue una fantasía, fue un hecho que pasó en la vida real y casi fueron una víctima más de esta horrible criatura.
Muchos dudan de que pueda ser agresivo, ya varias personas lo han visto, pero sabiendo su historia es mejor cuidarse andando por estos lugares, en especial si se va sólo. La Quebrada blanca es un lugar muy bonito para ir en familia y pasarla bien, se dice que las personas desaparecidas en el lugar son las que se arman de valor y van solas. Por esa razón si vienes alguna vez a este sitio procura que sea con un montón de amigos valientes, o el mono podría raptarlos y convertirlos en esclavos mientras le maltratan diariamente.
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