ARGUMENTO
Un loro cantante es llevado por un granjero a vivir con su familia. En la granja, encontrará a un amigo muy especial que le dará un valioso consejo.
PERSONAJES
Granjero
Esposa
Niños
Loro
Murciélago
PRIMER ACTO
Entra el granjero en escena, llevando consigo a un loro de hermosos colores. Su esposa y sus dos hijos lo contemplan con sorpresa.
Esposa: Pero cariño, ¿qué es esto? ¿De dónde has sacado a ese pájaro?
Granjero: ¿No te gusta? Un cazador me lo ha vendido muy barato, pensé que podía gustarle a los niños.
Niño 1: ¡Qué bonito es!
Niño 2: ¡Muchas gracias, papá!
Esposa: Pero ahora, ¿dónde se va a quedar? En nuestra habitación no puede estar, y tampoco en la de los niños.
Granjero: Tranquila mujer, que ya he pensado en todo. Lo tendremos en un lugar muy especial donde los niños podrán alimentarlo y verlo. De todos modos ya iba siendo hora de que asumieran algunas responsabilidades, ¿les gusta la idea, chicos?
Niños: ¡Sí, sí! ¡Tenemos una nueva mascota!
Esposa: Bueno, supongo que está bien. Mientras no cause un alboroto.
Granjero: No te preocupes, cariño, está muy bien domesticado. Ya verás lo bien que la vamos a pasar con él.
SEGUNDO ACTO
El loro se encuentra en su jaula, cantando. De pronto, entra en escena un murciélago, que lo mira con curiosidad.
Murciélago: Hola, ¿eres tú quién estaba cantando? ¡Tu voz es muy dulce!
Loro: (Feliz) ¡Gracias! Me gusta mucho cantar.
Murciélago: Mira, he traído una fruta para ti como regalo por tu dulce canción. (Le pasa un trozo de fruta a través de los barrotes).
Loro: Que gentil eres, es la primera vez en mucho tiempo que alguien es tan amable conmigo.
Murciélago: ¿Ya llevas varios días aquí, verdad? Siempre te escucho cantar por las noches.
Loro: Así es, como te dije, amo cantar.
Murciélago: ¿Por qué no cantas por la mañana entonces? así más personas y animales escucharían tu bonita voz.
Loro: Hay una gran historia detrás de eso. Verás, un día, estaba en el campo cantando alegremente. Atraído por mi voz, vino un cazador y me atrapó. Había olvidado mi entorno mientras cantaba y no lo pude ver a tiempo. Ahora mira mi destino. El cazador me vendió a este granjero y tengo que pasar el resto de mis días encerrado en esta jaula, cantando de noche.
El murciélago se echa a reír, para desconcierto del ave.
Murciélago: Vaya, no me lo tomes a mal, pero si ya estás en una jaula, ¿qué más da a qué hora cantes? Incluso si cantas por la mañana, ¿quién te atrapará?
Loro: Vaya, supongo que no lo había pensado de esa manera.
Murciélago: ¿Extrañas mucho tu hogar?
Loro: Mucho, quisiera volver allá.
Murciélago: Pues bueno, ya no estés triste. Te prometo que mañana por la noche te ayudaré a escapar.
Loro: ¿De verdad? ¿Cómo? ¿En serio harías eso por mí?
Murciélago: Claro, para eso están los amigos, ¿no? Tú déjamelo a mí. Ahora me retiro, si el granjero descubre que me he asomado por aquí, me despelleja. No le gustan los murciélagos.
El murciélago sale de escena a toda prisa.
TERCER ACTO
La noche siguiente, el murciélago vuelve a casa del granjero. Entra en escena, sosteniendo una llave.
Murciélago: Amigo, ¿estás despierto? Soy yo.
Loro: ¡Volviste! ¿De dónde has sacado esa llave?
Murciélago: La cogí del perchero donde el granjero cuelga todas sus llaves. Ahora vamos a sacarte de ahí.
El murciélago abre la jaula para que el loro pueda salir. Este último extiende sus alas con felicidad.
Loro: ¡Gracias, muchas gracias! (Abraza al murciélago). No sé como podré pagarte todo lo que acabas de hacer por mí.
Murciélago: No hay problema, entre animales hay que ayudarnos, tal vez algún día tú puedas ayudar a alguien. Ahora debes irte, antes de que el granjero o su familia despiertan, pero antes de que te marches, déjame darte un consejo. Toda precaución es inútil después de la crisis, eso lo sabemos muy bien los de mi especie. Promete que nunca volverás a distraerte mientras cantas, o podrías caer de nuevo en las garras de algún cazador.
Loro: Lo prometo, tienes toda la razón. ¡Tú sí eres un amigo de verdad!
Ambos animales se abrazan y se apresuran a salir de escena, agitando las alas.
FIN
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