En una pequeña granja en el norte una Pata esperaba el nacimiento de sus hijos, 5 huevos a la espera para eclosionar, uno a uno los hermosos patitos rompían el cascaron, tan solo uno faltaba por salir, todos miraban ansiosos al nuevo integrante de la familia.
El cascaron se rompió, todos esperando para ver al nuevo integrante de la familia pero la mama pata no quedo complacida; este patito era muy diferente al resto, su color era horroroso según ella, era más grande que el resto, hacia ruidos muy molestos; ese graznido le molestaba mucho.
Tanto sus hermanos como su madre no les gustaba para nada el aspecto del patito, así que lo aislaron del grupo, lo picoteaban e ignoraban para que no se uniera al resto de los patos.
Los demás animales de la granja también lo miraban con recelo, un pato muy feo, no era digno de confianza así que le daban el mismo traro, los pollos le picaban, las vacas no lo miraban, frecuentemente era perseguido por el perro de la granja y sus hermanos le perseguían diciéndole lo feo que era, que se fuera de la granja o que se deje comer por la gata.
El pobre patito feo a pesar de los desprecios siempre intento caerle bien tanto a sus hermanos como al resto de los animales pero nunca lo consiguió, solo consiguiendo ser golpeado.
Las estaciones avanzaban y el invierno llego, muy frio y salvaje como siempre, el patito feo se encontraba solo luego de escapar de la granja, recorrió un gran trayecto hasta llegar a una cabaña donde un buen hombre lo rescato.
Ya a mediados de verano el patito feo vio conveniente partir, voló tanto como sus alas le dejaron, hasta llegar a un pequeño paraíso como él lo llamo, una enorme laguna con muchos árboles alrededor, él podría ocultarse de quienes le recriminaran por ser feo.
No tardó mucho en adaptarse al lugar, para él era su nuevo hogar, tranquilo, seguro, alejado de las miradas de los animales de la granja, pero eso cambio un día.
Una enorme parvada de aves majestuosas bajo de los cielos, el patito feo se escondió rápidamente en los árboles, Esas enormes aves blancas sin duda eran hermosas, por un momento deseo ser tan bello como ellos.
El patito feo sabía que le volverían a picar pero no quería estar solo nuevamente, quizás estas aves puedan ser sus amigos, él se arriesgaría.
Se acercó con cautela, miro a las aves tímidamente, estas no huyeron, en cambio nadaron alrededor de él, pensó que lo golpearían pero en realidad se juntaron con él le dieron un gran abrazo con sus cuellos.
Las nuevas aves le hicieron ver que el también pertenecía a su grupo, era un cisne, cuando observo su reflejo en el agua por fin entendió que era diferente porque era especial, era un cisne no un patito feo como le hicieron creer toda su vida.
Junto a sus nuevos amigos patito surcando los cielos, por primera vez se sintió a gusto consigo mismo, a lo lejos pudo ver la granja, los animales de esta se encontraban sorprendidos a ver el gran cambio del que llamaron alguna vez patito feo.
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