Descripción: Soledad es una modelo agobiada y descontenta con la vida. Cuando un amigo la salva del suicidio, se dará cuenta de que su fe es su mayor tesoro.
Personajes: Soledad, Teobaldo, Sánchez, Mamá de Soledad, Fotógrafo
PRIMER ACTO
En una sesión de fotos, Soledad posa para el fotógrafo. Ella es una chica muy guapa y delgada, que luce un traje de baño. Se la nota incómoda mientras trata de hacer unas poses. Y su madre, una señora bastante arreglada que está frente a ella con su representante, le hace señas.
Mamá: ¡Soledad! Espabila, niña, que pareces como muerta. ¡Sonríe más!
Soledad: Mamá, estoy cansada. Hoy no desayuné.
Mamá: Pero por supuesto que no, no podemos echar a perder tu figura perfecta. Cuando termines con esto te daré una ensalada.
Soledad: No quiero ensalada, tengo mucha hambre.
Sánchez: Escucha a mamá, Solecito. Ya sabes que estas fotos son muy importantes para nosotros. Firmamos un contrato por mucho dinero.
Soledad (enojada): ¡Deja de llamarme así, Sánchez! Tú solo eres mi representante, no mi papá. ¡Estoy harta de los dos!
Sale corriendo de escena.
Mamá (molesta): ¡Soledad, regresa aquí! ¡Soledad!
SEGUNDO ACTO
En plena calle, Soledad se acerca hasta un puente, llorosa.
Soledad: Ya no quiero vivir así, no soy feliz. ¡El modelaje no es glamoroso, es un castigo! Estoy harta de que todos me presionen, será mejor terminar con esto…
Se prepara para saltar cuando un chico entra corriendo en escena.
Teobaldo: ¡Sol, no lo hagas!
Soledad: Teobaldo, ¿qué haces aquí?
Teobaldo: Sentí que me necesitabas. Por favor Sol, no lo hagas.
Soledad: Estoy cansada, Teo, muy cansada…
Teobaldo: Sol, sé que estás desesperada, pero está no es la solución. Dios no quiere que te quites la vida, él está contigo y sabe que mereces ser feliz. Estoy seguro de que él tiene un camino donde tu alma podrá refugiarse.
Soledad: ¿De verdad? ¿Tú piensas que es posible que yo encuentre ese camino que dices?
Teobaldo: Si vienes conmigo, te lo demostraré.
La toma de la mano y salen de escena.
TERCER ACTO
La madre de Soledad y Sánchez se encuentran sentados en una sala de estar. Ella cuelga el teléfono desesperada.
Soledad: ¡Ya marqué a todos los sitios posibles y no está! ¡Nadie la ha visto!
Sánchez: Esa mocosa tiene que aparecer o nuestro contrato se va al garete, ¡es mucho dinero!
Soledad: ¡Ya no me digas más, que me estás estresando!
Soledad y Teobaldo entran cogidos de la mano.
Mamá: ¿Soledad! ¡¿Dónde estabas?!
Soledad: A punto de cometer el peor error de mi vida, mamá. Pero mi amigo me salvó y ahora veo las cosas muy claras. Ya no quiero modelar, ese nunca ha sido mi sueño sino el tuyo. Yo quiero reencontrarme conmigo misma y la única manera de hacerlo, será acudiendo a mi fe.
Sánchez: ¿Te has vuelto loca?
Soledad: Nunca en mi vida me he sentido mejor. Teo me ha enseñado que Dios tiene un camino para mí y quiero descubrirlo.
Mamá: Hija, por favor, no digas tonterías…
Soledad: Ya tomé mi decisión. Lo siento, mamá. Pero yo soy muy valiosa y quiero hacer algo que conforte a mi alma. En Dios encontraré mi refugio.
Teobaldo y ella sonríen y se retiran.
FIN
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