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El Umbral
Parte 3
Después de despedirme del anciano, entre al umbral que se encontraba en aquella dimension de cielo azul, cuando viajaba en el umbral, como era normal los números y sonidos extraños aparecían en mi cabeza, frente a mi se posaba el maldito, el demonio que había matado a él indio en Arcano, sólo me miraba con un odió absoluto, mis sentidos estaban locos, no podía dar ni un paso, grito, o suspiro.
-si que has llegado muy lejos pero esto termina aquí, pensaba venderte a los ojos verdes, pero mejor te devoró aquí.
Estaba en shock, el maldito me miraba eran esas manos moviedonse, lo que causaban un asco, empezó a dar pasos para acercarse, lo único que pensé en que momento me había metido en este problema, si tan sólo no hubiera creado esa máquina de viajes mentales por dimensiones.
Ahy estaba con el, el umbral terminó su viaje, pero no podría salir con ese demonio, el maldito demonio saco un cuchillo muy largo, un sentimiento de horrores, lleno mi ser, sólo pensando en cómo asimilar ver ese cuchillo dentro de mi, sabía que tenía mi vida contada en minutos.
El dispuesto a apuñalarme con su cuchillo, lanzó la apuñalada, muy rápido se posicionó la dama de negro para recibir la apuñalada, me sorprendió ver que me salvaba.
-sal de aquí idiota.
-jajajajajajaja maldita perra lo que harás es sumarle un par de minutos en su pobre vida.
-largate antes que se cierre el umbral.
Me dispuse a huir lo más rápido posible, sabía que no podía hacer nada, antes de traspasar la puerta de luz, mire detrás de mí estaba la dama de negro en el suelo mientras que ese maldito la descuartizaba.
Sabia que corría peligro, traspase la puerta, mi ropa se adaptaba al ambiente de la dimension a la que entraba, todo terminó, estaba en lo que parecía una nave espacial, ya que todo era de metal, vestía uniforme nazi, note al instante que todos los avisos de aquel lugar estaban en alemán.
Empeze a seguir mi camino, mientras caminaba vi muchos soldados nazis, por alguna razón podía entender muy bien el idioma alemán, al ver un cristal en aquel lugar, me dispuse a ver para saber qué se encontraba afuera, me sorprendió mucho, estaba en el espacio, sólo se podía ver el oscuro espacio y el suelo rojo, no tarde mucho en imaginar que me encontraba en Marte.
Mi lenguaje era alemán, me imaginé que al entrar en una dimension no sólo se adapta la vestimenta, también el idioma, se creaba un espacio en aquel momento, como si siempre pertenecí en esa dimension.
De un momento a otro, sonó una alarma como si avisará una noticia, todos los soldados se dirigían juntos, me dispuse a seguirle el paso, después de un rato estaba en lo que parecía el centro de nave, estaba lleno de soldados nazis, en frente de todos, salió adolf hittler, vestía un uniforme que daba a conocer que el era el líder por lo bien que se veía, el empezó a recitar un discurso.
«Soldados míos, ya hace tiempo que hemos conquistado a Marte, esperando venganza contra los aliados, nuestras ambiciones se harán realidad, todos la pagaran, llenaremos sus ciudades de soldados nazis y sus suelos y aguas estarán llenas de su sangre, pagaran toda la humillación que sufrimos, gracias al proyecto Campana, pudimos terraformar a Marte, pero esto solo es una parte de nuestros planes.
Viva la Alemania nazi»
Había leído que adolf hittler tenía una buena oratoria, pero al escuchar en persona la verdad es mucho mejor de lo que dicen los viejos escritos de la segunda guerra mundial.
Al terminar su discurso, hittler dio un grito de guerra.
Los demás soldados arios, al escuchar el grito de guerra, de forma sincronizada gritaban, fue algo aterrador todos los soldados se quitaron los cascos, eran tan parecidos que me acordaban una pila de muñecos en Navidad, todos eran rubios y ojos azules.
«SOMOS LOS VERDADEROS, SOMOS LOS VERDADEROS»
El pelo se me erizó, los soldados que se encontraban a mis lados, me miraban fijamente, como si sospecharán algo raro, supe que no debería estar en ese lugar, dos soldados de uniformes adornados con dos grandes s «SS», me señalaron con lo que parecía un escáner, sabía que estaba en problemas, los dos soldados SS gritaron que era un hueco, los soldados se retiraban, mientras que los SS me acorralaron.
Adolf hittler se acercó a mí, tenía una risa que no me brindo confianza, al tenerme frente entabló una conversación.
-jajajajajajaja cuantos años tienes?.
-19, señor.
-dime como un mocoso como tu llegó a este lugar.
-invente una maquina capaz de hacer abrir puertas dimensionales.
-jajajajajajaja que absurdo, SS encierrenlo en las celdas, y avisen a Los Ojos Verdes, que tenemos algo para cambiar por tecnología.
Los soldados que se dispusieron a ponerme unas esposas, fueron decapitados por un corte muy limpio, sólo un cuchillo puede hacer eso, todos los soldados SS estaban sorprendidos, al ver al demonio de las miles de manos con su cuchillo en la garganta de adolf hittler, todos los SS apuntaban sus armas al demonio.
-adolf pensaste que te dejaría este hueco, que me ha traído muchos problemas.
-jajajajajajaja Jack el demente, sabía que este hueco traería problemas.
-diles a tus soldaditos que bajen sus juguetes.
-SS disparen a matar, sin piedad.
Todos los soldados, disparaban sus armas sin ninguna preocupación de herir a su líder, eran toda clase de armas, fue algo muy sorprendente, a donde disparaban los soldados se hizo una nube de polvo y sangré, hasta que cesaron los disparos, entre el polvo se podía ver una persona, no sabía si era Hittler o Jack, dando unos pasos para salir del polvo, se dio a conocer, era Hittler sacudiendo su elegante uniforme perforado por sus soldados, lo que me dejó en shock fue su rápida sanación a donde le habían impactado las balas, tenía una larga sonrisa, que dentro de poco se le quitaría, todos sus soldados festejaban la hazaña de su líder, pero de lo que aún quedaba de la nube de polvo, Jack la esfumó por la velocidad que tomó, en un cerrar y abrir de ojos, estaban las cabezas de los soldados que hay se encontraban volando por el aire, sus cuerpos tenían un corte limpio en sus cuellos, la risa dibujada en la cara de Hittler, se había borrado.
Una de las cabezas de los soldados cayó frente a mi, no pude recuperarme rápido, se veía aún la cara de angustia, en esa cabeza quedó petrificado el ultimo aliento del soldado, quede en shock, en lo único que pensé era que yo era el próximo si no me largaba de hay.
Jack se posó frente a Hittler, aún con los agujeros ocasionados por los soldados que segundos antes había matado con su cuchillo lleno de sangre, paso el cuchillo por su lengua para beber sangre de los soldados, pero a instante la escupió.
-jajajajajajaja de hay el parecido de cada soldado.
-si Jack son clones, de mi mejor soldado de combate.
-jajajajajajaja ya había escuchado de esto, clonaste a Albert Einsten un científico alemán pero judio, Westleg lamn un estratega de prestigio de Rusia y Patton un estratega de ataqué móvil, y otros más, aunque ninguno apoyaba el nazismo, tu te la ingeniaste.
-jajajajajajaja sabes demasiado diría.
Aproveché que discutían, y me dispuse a buscar una salida de esa nave, sabía que corría peligró, dure horas caminando por esa extensa nave que me llenaba de frustración, hasta que vi por una puerta, lo que parecía una campana con el símbolo nazi dibujado en el.
Me dispuse a abrir la puerta pero se encontraba cerrada, un intenso escalofrió recorrió todo mi cuerpo al sentir una mano tocar mi hombro, trate de alejarme de el, pero lo que hice fue caer, al ver su cara lo reconocí era Albert Einsten, con una sonrisa muy cálida, traía puesto una bata con el logotipo nazi.
-chico sabes que estás en un área restringida para ti, debes ser un clon nuevo, pero ese aspecto no lo conozco.
-Albert debes ayudarme soy de la tierra y cree una máquina con el fin de abrir puertas dimensionales en la mente de quien la utiliza, y aquí estoy.
-explicarme mejor, no explicanos a todos mejor.
Un ejército de Albert Einsten aparecieron, me dispuse a contarle todo, hasta les hable, de que el Albert Einsten original había muerto, y que había creado la bomba atómica, y que era judío.
Todos los clones de Albert Einsten, me miraban fijamente, yo me llene de temor por que no sabía cuál sería su reacción, uno de los clones rompió el silencio.
-lo qué acabo de decir este mocoso es algo validó, yo pienso en que debemos ayudarle.
Todos los demás apoyaban las palabras de mi defensor, a lo lejos se veían las cabezas de muchos soldados, enpuñaban sus armas, supe que debería retirarme de aquel lugar.
Los clones de Albert Einsten, manipulaban una computadora y vi abrir la puerta de la campana, un clon de Albert que se encontraba a mi lado, un soldado de la SS, le voló la cabeza con su rifle, suspire y pensé que pude haber sido yo, los clones de Albert Einsten morían ni cucarachas acorraladas, ya dentro de la campana pude ver a Jack con el cuerpo de Hittler a su espalda como si se tratara de un costal de ropa.
El último clon de Albert Einsten, me grito que ni se me ocurriera tocar los botones de la campana mientras este en función, y el bajo una palanca y justo Jack lo decapitó.
Fue un momento de películas, por poco interrumpía a Albert Einsten en mi huida.
Sentí que la campana flotaba, dentro de ella podía ver imágenes del pasado y futuro, voces de personas, y ecuaciones matemáticas.
Vi una cama hay dentro, me recoste y caí como un bebé, para esperar mi próxima travesía.
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Autor:Diegojudio@gmail
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