La avaricia de la luna por querer ser sol y luna al mismo tiempo le pudo cobrar el brillo y el calor al sol, por lo que todos los integrantes del bosque empezaron a hacer lo posible por mantener el mismo semblante de vida del sol para todas las mañanas.
Personajes:
El sol
La luna
Lobo
Buho
Salamandra
En horas de la noche, el búho va acercándose a la luna, sucediendo mientras una pareja de enamorados charlaban. Y fue la luna la que le dijo al búho:
Luna: Búho que te parece si hacemos un plan y cuando salga el sol yo ocupe su lugar, de esta manera iluminare tanto en los días como en las noches, así seré el astro más importante.
Buho: No luna, eso está fuera de lugar, estás siendo muy avara. Lo mejor es que te dediques a inspirar a la salamandra, al lobo y a los enamorados como ellos, pues tu brillo de noche es mejor.
Luna: Ash, tu siempre siendo ave de mal agüero, verás que lo haré y todos serán feliz conmigo en el día y la noche.
Mientras se acercaba la hora de amanecer, el sol empieza a estirarse para que todos vean que ha dormido bien. No obstante, la luna en vez de irse a su morada, lo mira con desafío. Pero un par de horas después, ambos se enfrentaron
Luna: Sol, te diré algo, ya puedes retirarte, pienso ocupar tu lugar así que date la vuelta y vuélvete a esconder en tu punto de las montañas.
Sol: perfecto, eso haré pues me gustaría seguir durmiendo.
Fue así como la luna comenzó a emitir su brillo, sin embargo su luz era fría ya que era quien regresaba de la noche. Cayó la noche nuevamente y la luna replicó:
Luna: ¿Por qué se van tan pronto a dormir? Despierten ahora, ¡soy yo, la luna, su gran amiga la preferida de todos los astros.
Nadie de su alrededor, le hacía caso a este maravilloso astro y los que estaba despiertos empezaron a protestar:
Lobo: Luna, me parece que has sido realmente egoísta con el sol, es mejor que lo dejes brillar a él mismo como siempre, en las mañanas. O simplemente, dejará de aullarte por las noches.
Salamandra: Crii- Crii, es verdad lo que dice el lobo, tienes que ser únicamente Luna y dejar la avaricia ya que cada quien tiene su función en la tierra. Si sigues haciendo lo mismo, no tocaré más el violín para ti.
Poeta: Luna Lunera, debes ocupar tu lugar nocturno ya que sino todos nos vamos a aburrir de ti, como yo que puede que no quiera crear más versos.
Luna: ¡Qué vergüenza tengo!, todo está saliendo al contrario de lo que esperaba. Ya nadie me quiere.
Al encontrar al sol, este estaba entumecido de todo el frio que tenía y la luna lo despertó:
Luna: Amigo sol, despierta, necesito que me perdones, nadie en el bosque me quiere.
Sol: me temo que no podré hacerlo amiga Luna, pues ya no tengo nada de fuerzas.
Todos hicieron lo posible por hacer que el sol se contentara y fue como pudo brillar nuevamente con su fuerza y la misma calidez que lo hacía reconocerse.
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