He vivido en una casa antigua en las afueras de la ciudad desde que era un niño. La casa se encuentra justo enfrente del cementerio local. A lo largo de mi infancia, tuve varias experiencias que podrían ser etiquetadas como paranormales o insólitas. Soy bastante sensible a escuchar susurros por la noche o ver sombras que se mueven por el rabillo del ojo. Sin embargo, el encuentro paranormal más significativo que tengo, es el de la dama gris en mi casa.
La he visto tres veces. La primera vez que la vi tendría menos diez años. Mi madre acababa de regresar del trabajo y corrí hasta la entrada principal para saludarla. No la vi afuera, pero cuando me di la vuelta para volver a entrar, ella estaba subiendo por las escaleras del sótano. Aunque era muy niño y el recuerdo se ha desvanecido, me acuerdo de haber visto a una mujer de piel pálida con un vestido blanco. Por alguna razón creí que se trataba de mi madre. Subí para ver a dónde había ido, pero ella no estaba allí. Le pregunté a mi hermana si mamá había entrado pero todavía no lo había hecho. Resulta que ella seguía en su coche.
No volví a ver a esta figura sino hasta años después. Tenía unos dieciséis años y estaba parado en mi cocina (cerca de las escaleras del sótano), mirándome en un pequeño espejo de mano, mientras me peinaba el pelo. Al mirar por encima de mi hombro, noté un rostro gris pálido y blanco. No era nítido y claro como lo sería una cara normal, sino que estaba formado por sombras y reflejos contrastantes. Me di la vuelta, pero no había nadie. No hace falta decir que me sentí muy asustado. No podía restarle importancia a la apariencia de la misma figura con seis años de diferencia, cerca del mismo lugar de la vez anterior. En cualquier caso, traté de no darle importancia.
La última vez que vi a la dama gris fue hace un par de noches. Estaba casi dormido cuando recordé que había dejado el cargador de mi teléfono en la planta baja. De mala gana, me levanté de la cama y bajé sin prestar mucha atención. Más cuando llegué al final de las escaleras, vi a la dama de pie en la esquina del comedor. Definitivamente era una aparición, sombras grises y blancas componían su cuerpo. Parecía tranquila y la energía que salía de ella no era amenazante.
Me sorprendió tanto que grité, pues no esperaba verla ahí. Mi familia se despertó y les expliqué lo que había pasado. Ya sabían sobre mis experiencias anteriores con el fantasma.
Mamá trató de tranquilizarme y me explicó que a lo largo de los años, varios de nuestros amigos y familiares se habían encontrado con la dama gris. No creo que sea una presencia negativa; nunca ha lastimado ni molestado a mi familia, aunque sí me sigue dando miedo.
Esta historia fue publicada originalmente en Reddit, por el usuario akd101010.
¡Sé el primero en comentar!