Era una tarde soleada, Isabel solía dormir hasta tarde ya que se desvelaba frente al computador viendo series, películas pero lo que de verdad le agradaba era leer sobre experiencias con fantasmas, había hecho rituales, sacrificado mascotas, todo con tal de hablar con espíritus del más allá.
Pero esta noche había quedado con algunas amigas para jugar la Ouija, no era participe de socializar pero su madre le insistió que invitara a sus amigas de la escuela para ser una adolescente normal por lo menos un día.
— ¡Hola Isabel! ¿Cómo te encuentras?—
— Muy bien Estefany, gracias — Dijo Isabel sin mucho interés.
— ¡La pasaremos genial esta noche! ¿no creen chicas? — María era tan enérgica como siempre.
— Tengo hambre, dejen de hablar y vamos a preparar unos perros calientes — Milena siempre pensaba en la comida.
Luego de comer todas buscaron sus pijamas para comenzar la noche de chicas, bocadillos, esmaltes, películas, revistas, y hablar sobre chicos nada fuera de lo común hasta que Isabel saco la tabla.
— Creo que deberíamos jugar algo más interesante— Todas se asombraron.
— No puedo creerlo Isabel, ¿no pensaras que jugaremos eso? — Dijo Estefany un poco asustada.
— Yo me apunto —Milena quería ver de qué iba todo.
— Yo me estaba aburriendo — Dijo María esperando que la noche mejorara.
Colocaron el tablero sobre la mesa, y comenzaron a jugar, al principio todas creían que era un mal chiste de Isabel, pero cuando las velas comenzaron a apagarse todo cambio.
— ¿Qué fue eso? Están moviendo el puntero ustedes? — Pregunto Estefany
— Se mueve solo — La cara de alegría de Isabel era única.
— Esto me está dando miedo chicas — Dijo Milena.
— Yo me voy — Dijo Estefany levantándose de la mesa y salir del cuarto.
— Porque las velas se apagaron, no hay brisa aquí, tu preparaste esto para asustarnos Isabel — María quería llegar al fondo.
El puntero comenzó a moverse solo, señalando varias letras.
— Que sucede, que dice la palabra — Mileno se encontraba asustada.
— Mátalas — Dijo Isabel
Las luces se apagaron, la tabla fue arrojada hacia la ventana, las chicas gritaron de terror.
— ¿Qué pasa? — Llego Estefany alterada a la habitación.
Su sorpresa fue encontrar el cuerpo de María sin vida en el suelo.
— ¡María! — Milena intento ayudar a su amiga pero era tarde.
— Tú la mataste, tú con tus estúpidas cosas de magia negra — Dijo Estefany furiosa
— ¿Que hablas? Yo no he sido, no sé qué le ocurrió — Isabel se encontraba consternada nunca pensó que esto llegaría a tal nivel.
— Milena, vamos a encargarnos de esta perra psicópata — Estefany se encontraba decidida.
— Si, matemos a esa maldita — Milena no podía creer lo que su boca decía pero no daría un paso atrás.
Rápidamente rodearon a Isabel y comenzaron a golpearla, en su intento de huida la chica tropezó y cayó al suelo, momento oportuno para que Estefany tomara el busto de una estatua para romperle el cráneo a Isabel.
— Esta perra no me volverá a molestar más otra vez, es una basura muy molesta — La voz de Estefany había cambiado por completo, era la de un hombre.
— ¿Que hicimos?, ¿Porque lo hiciste Estefany? — Milena al fin se dio cuenta de su error.
— Me encargaba de esta perra, al igual como lo hice con la otra de allá, cuando estaba vivo disfrutaba asesinar mocosas como tú, por cierto eres la próxima — No era Estefany, habían tomado su cuerpo. Milena intento escapar pero fue en vano.
Horas después la casa se incendió, los bomberos sol pudieron rescatar a Estefany, quien afirmo haberse quedado dormida en otra habitación que la protegió de las llamas.
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