Descripción: Un monito muy travieso se cuelga de la punta de la luna y esta le hace un hermoso regalo. ¿Será capaz de conservarlo.
Personajes: Narrador, Mono, Luna, Tribu africana
PRIMER ACTO
El telón se abre mostrando una pantalla en blanco frente a la escenografía, en la cual se ve la sombra de la luna en forme de cuarto creciente.
Narrador: Hace muchos años, unos monos muy bulliciosos quisieron jugar a escalar hasta el cielo, a ver si podían prenderse de la luna.
Aparecen las sombras de unos monos, que intentan subirse los unos encima de los otros para tocar a la luna.
Narrador: Hicieron muchos intentos pero solo uno lo logró…
Los monos se caen y uno se queda agarrado del cuerno de la luna, mientras sus compañeros huyen. La pantalla se desliza hacia arriba, revelando una escenografía decorada como cielo nocturno, con la luna en relieve y el mono sujetándola.
Luna (voz fuera de escena): Ja ja ja ja, pero que tierno monito. ¿Qué haces allí, amiguito? ¿No quieres un regalo?
Mono: ¿Un regalo?
Luna: Te lo voy a dar solo si prometes soltarme.
Mono (emocionado): Que bien.
Un tambor se desliza hacia él desde arriba, por medio de una cuerda.
Luna: Ese es un tambor. Puedes tocarlo con las baquetas.
El mono examina el instrumento con curiosidad y lo toca.
Luna: Muy bien, ahora prométeme otra cosa.
Mono: ¿Qué cosa?
Luna: Vas a pajar por esa misma cuerda con el tambor, pero no lo vuelvas a tocar hasta que estés en el suelo, ¿entendiste?
Mono: ¡Lo prometo señora luna!
SEGUNDO ACTO
Narrador: Y así, el mono fue bajando bien sujeto a la cuerda, con el tambor en sus brazos. Pero a medio camino, le entraron ganas de escuchar otra vez ese maravilloso sonido y desobedeciendo las órdenes de la luna, volvió a tocar con gran estruendo.
Mono: ¡Qué divertido!
Luna (enojada): ¿Pero qué has hecho? ¡Te dije que no lo tocaras hasta llegar al suelo! ¡Ahora voy a cortar la cuerda.
El mono sigue tocando sin escucharla y de repente, la cuerda cae con él al suelo.
Mono (mareado): Ay, ay… todo me da vueltas.
El mono se desmaya.
TERCER ACTO
Narrador: Al día siguiente, una tribu de cazadores africanos encontró al monito inconsciente con su tambor.
Varios hombres vestidos con pieles aparecen en el escenario, examinan al mono y lo recogen con el instrumento, para recostarlo en una choza cercana.
Mono (despertando): ¡Vaya! ¿Dónde estoy?
Ahora los hombres se vuelven hacia él, le curan el golpe de la cabeza y le ofrecen bananas.
Mono: ¡Qué bien! (Comiendo con gusto)
Un hombre toma con curiosidad el tambor y acaricia su superficie.
Mono: No, no, eso no se toca así. Es así.
Toma las baquetas y empieza a tocar, ante la fascinación de los hombres. Al ritmo de las percusiones, todos comienzan a bailar y y cantar, mientras el mono es colocado en una especie de trono.
Mono: ¿Así que les gusta la música? ¡Pues a celebrar se ha dicho!
Narrador: Y así amiguitos, fue como el primer tambor del mundo llegó a manos de los hombres. ¡Por eso a todos nos encanta bailar y cantar a su compás!
FIN
¡Sé el primero en comentar!