Hace mucho tiempo, en la época virreinal en Zacatecas México, había una niña que vivía con su padre, el cual trabajaba en una mina que pertenecía a un español rico y con poder.
El español era demasiado corrupto y un día obligó al padre a llevar a la fuerza a su hija para trabajar en la mina. Muchos murieron en ese lugar junto al padre de la niña. Pasó el tiempo y la niña se hartó de trabajar, lanzó el pico y se empezó a derrumbar la mina. La pequeña cayó al suelo porque el español la empujó para escapar.
Al caer, una piedra que se encontraba en el techo cayó en su cabeza y el impacto ocasionó que se le rompiese el cráneo.
Tiempo después del incidente intentaron buscar los restos y dentro de la mina se escucharon llantos y piedras pequeñas caer. Muchos de los que buscaron a la niña desaparecieron dentro, solo para ser encontrados tiempo después hechos esqueletos y con el cráneo roto.
Los españoles turistas que visitaban el pueblo y encontraban los restos de la niña, nunca salían de ahí.
Dice la leyenda que los que vivían cerca de la mina abandonada, eran aterrorizados por la chiquilla, quien los hacia enloquecer provocando que los demás creyeran que estaban locos y los enviaran a hospitales psiquiátricos. Y aun encontrándose lejos, ella siempre los estará vigilando…
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