Tommy se sentía muy solo, a pesar de encontrarse acompañado por familiares y amigos el solo añoraba la compañía de su adorada madre que por causas de enfermedad se separaron muy pronto.
Es un niño inocente con una carisma única pero su brillo era opacado por la gran amargura que lo embargaba, el deseaba poder ver por última vez a su madre, tan solo una única vez, para él un día bastaría.
Sus suplicas fueron escuchadas desde el cielo, una última oportunidad de reencontrarse con su madre.
Helena nunca pensó volver a ver a su hijo, su único y adorado hijo, quien lleno su vida de alegría y esperanzas pero que un día el destino los separo y esta vez para siempre.
Sin creerlo pero sin cuestionarlo Tommy recibió en sus brazos a su madre con los ojos llenos de lágrimas, era tan grande ese amor que el tiempo se detuvo para que ambos apreciaran ese único momento para ellos.
La mañana comenzó con un desayuno como los que acostumbraba su madre a prepararle, pan tostado con mantequilla, huevos, tocino, zumo de naranja, algo de fruta, devoraba esa rica comida que solo su madre podría preparar.
Aprovecharon el día para salir a pasear, visitar el parque era una de sus actividades favoritas, darle de comer a los patos del estanque siempre resultaba ser divertido y más por el hecho de que estos animales solían seguir a Tommy para arrebatarle la bolsa con el pan rallado.
Visitar McDonald fue siempre un plan de fin de semana pero no quería dejar pasar esta oportunidad así que invito a su madre a una cita en el restaurante que para él era el mejor del mundo.
Tommy apreciaba cada momento con su madre, su sonrisa, su voz que calmaba cada centímetro de su cuerpo, su mirada cálida lo hacía sentir especial, el deseo de que ese momento fuera eterno tan eso él quería, no separarse de su madre pero solo era por ese único día.
Pasaron de un lugar a otro paseando por la ciudad, con buena compañía las cosas más tontas resultaban divertidas, era así como deseaban que el día continuara, a pesar de que su madre nunca le dejo tener un perro pensó que sería la oportunidad para comprar uno.
A su madre no le quedo de otra que ir a un refugio acompañada de su hijo y escoger uno, nunca apoyo el comprar una mascota cuando hay muchas con muchas ganas de amar en estos lugares.
Llevaron al cachorro, nuevo miembro de la familia a jugar en el parque, era el lugar ideal para jugar con el disco y la pelota, juntos pasaron un momento diferente y toda pena quedo olvidada, pero el tiempo se terminaba, el día llegaba a su fin.
Entre risas sus sonrisas fueron apagándose ante la cruel realidad, era hora de volver, Tommy abrazo fuerte a su madre, y esta respondió al abrazo firmemente pero ya era hora de partir.
Tommy comenzó a separarse de su madre pero sin antes entregarle al cachorro.
—Por favor cuida de él, al lugar donde yo voy no puedo llevarlo, él te hará compañía, y te sacara unas cuantas sonrisas, no te quiero ver llorar más, siempre te amare mama—
Así como llego, Tommy desapareció y volvió al cielo, su deseo fue concedido, volver a ver a su madre en la tierra una vez más.
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