Descripción: Tras jugarle una broma pesada a su vecina la cigüeña, la zorra aprenderá una gran lección.
Personajes: Zorra, Cigüeña, Narrador
PRIMER ACTO
Se abre el telón mostrando una escenografía en la que se puede apreciar un hermoso bosque, con grandes árboles y plantas en todo su esplendor. En medio del escenario, la cigüeña se encuentra tomando el sol y desplegando sus alas para hacerse sombra.
Narrador (voz fuera de escena): Había una vez una zorra y una cigüeña que eran vecinas. Lo que no sabía la cigüeña, era que la zorra le tenía muy mala voluntad y había decidido gastarle una broma que ambas lamentarían.
La zorra entra en escena, sonriendo socarronamente.
Zorra: Buenos días, vecina.
Cigüeña: Buenos días.
Zorra: Que bonita mañana hace hoy, ¿verdad? Dígame, ¿tiene planes para esta noche?
Cigüeña: Ahora que lo menciona, no. No tengo ninguno.
Zorra: ¡Excelente! Entonces la espero para cenar en mi casa, ya verá que comida tan rica prepararé.
La zorra sale de escena y la cigüeña se encoge de hombros.
SEGUNDO ACTO
Esta vez, el telón se abre para demostrar que la escena ha cambiado. Ahora se puede ver el interior de la madriguera de la zorra, muy acogedor y a ella ocupada en la cocina.
Narrador (voz fuera de escena): Esa misma noche, la cigüeña se presentó en casa de la zorra como habían previsto.
La cigüeña toca a la puerta y la zorra, riendo maliciosamente, corre a abrir.
Zorra: ¡Bienvenida, querida! Pase, siéntase como en su casa.
Cigüeña: Gracias.
Zorra: Siéntese, he preparado algo delicioso. Ya verá que rica sopa hice.
La zorra sirve caldo en dos platos hondos y los pone en la mesa. Ambas se sientan y entonces, la zorra comienza a comer, lamiendo su sopa. Pero la cigüeña, con su pico largo y enorme, no puede tomar ni un traguito de puchero.
Zorra: ¿Qué pasa que no come, vecina? ¿No le gusta la sopa?
Cigüeña: Es que no puedo sorber con el pico, ¿no tendría usted una jarrita con la que me sea más fácil comer?
Zorra: ¡Uy! ¡No tengo! Perdón, no imaginé que ese pico tan horrendo le impidiera comer a gusto.
La zorra se echa a reír y la cigüeña se levanta de la silla, indignada.
Cigüeña: ¿Sabe qué? Disculpe las molestias, permítame invitarla a cenar en mi casa mañana para arreglar este malentendido.
Zorra: Muy bien, ahí estaré.
TERCER ACTO
Ahora, en el escenario se muestra la casa de la cigüeña, quien vierte un poco de sopa en dos jarrones de cuello largo. En ese momento, entra la zorra muy altanera, sin siquiera llamar a la puerta.
Cigüeña: Siéntese, vecina. La estaba esperando. Vamos a cenar.
Ambas se sientan y la cigüeña empieza a comer, mientras la zorra trata de meter el hocico en su jarrón.
Cigüeña: ¿Qué pasa? ¿No puede comer?
Zorra: ¡No!
Cigüeña: ¡Ahora sabe lo que se siente ser tratada de esa manera!
La zorra se levanta de la mesa y sale de escena, muy humillada.
Narrador (voz fuera de escena): Así que ya lo saben amiguitos, no traten a los demás como no quieren ser tratados ustedes, si no quieren terminar como esa zorra envidiosa.
FIN
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