Descripción: Un hombre inmensamente rico conoce a un zapatero muy pobre, que le revela el secreto de la felicidad.
Personajes: Zapatero, Hombre rico, Esposa, Hijos
PRIMER ACTO
En una zapatería muy humilde, un zapatero se encuentra cantando y arreglando un par de zapatos. De pronto, un hombre vestido de manera muy elegante entra a dejarle unos mocasines.
Hombre rico: Me han dicho que es usted un zapatero muy bueno y que además, cobra bastante bien.
Zapatero: Así es señor, por suerte el trabajo no me falta. Y aunque no gano demasiado, aquí me tiene, siempre esforzándome en lo que hago.
Hombre rico: ¿De verdad no gana mucho? Sin embargo yo lo veo muy contento.
Zapatero: Lo estoy, señor. Me gusta bastante lo que hago.
Hombre rico: Pues que bueno que así sea. Además de confiarle mis zapatos para que los arregle, tengo un regalo para usted. (Saca una bolsa de monedas de oro de su abrigo). Tome, para que se de un buen descanso.
Zapatero: Pero señor, ¡esto es mucho dinero!
Hombre rico: Disfrútelo, pues.
Zapatero: ¡Gracias, señor! ¡Muchas gracias!
SEGUNDO ACTO
En el interior de una casa pobre, la mujer del zapatero da de comer a sus dos hijos, quienes no dejan de hacer ruido ni moverse mientras están sentados a la mesa. Mientras tanto, su padre se mira nervioso, como si tuviera miedo de algo. No deja de mirar por encima de su hombro.
Zapatero: Voy a mirar a ver si el dinero sigue en su lugar.
Esposa: ¡Es la sexta vez que te paras a comprobarlo! ¿Quién crees que se lo va a llevar? ¡Si nadie sabe que está debajo del colchón!
Zapatero: ¡Shhhh! (La calla bruscamente). ¡Mujer, que las paredes tienen oídos! Eso es mucho dinero y la verdad es que no puedo dejar de pensar en que aquí no es lo suficientemente seguro. Nos van a robar…
Esposa: ¿Sabes? Desde que trajiste tanto dinero a casa has dejado de estar de bueno humor. ¿Dónde estaba el hombre que siempre nos contaba chistes y nos hacía reír?
El zapatero parpadea sorprendido.
Zapatero: ¿De qué hablas? Yo no he cambiado.
Hijo 1: Sí, papá, Ahora todo el tiempo estás enojado.
Hijo 2: A mí me gustaba más como eras antes.
El zapatero se sienta y se lleva una mano a la cabeza.
Zapatero: Ay Dios, es verdad. ¿Qué me ha pasado? Creí que todo ese dinero me haría más feliz, pero ahora no hago más que preocuparme. Pero esto no puede seguir así.
TERCER ACTO
El hombre rico regresa a la tienda para recoger sus mocasines y saluda al zapatero.
Zapatero: Buenos días, señor. Aquí tiene sus zapatos… y su dinero también.
Hombre rico (desconcertado): ¿Pero cómo? Si todas esas monedas eran para usted.
Zapatero: Créame, estarán mejor con usted. He descubierto que el dinero en exceso solo me trae preocupaciones.
Hombre rico: Pero hombre, ¿cómo va a ser eso posible?
Zapatero: No quiero vivir preocupándome porque me vayan a robar o esconder mi fortuna. Prefiero vivir con lo indispensable pero eso sí, feliz gracias a mi familia y a mi trabajo. Hay cosas más importantes que la riqueza.
Hombre rico (sonriendo): Me ha desvelado usted el misterio de la felicidad.
FIN
Muy lindo y sencillo para ponerlo en práctica