En lo profundo del bosque, vivían 3 hermanos cerditos quienes a toda hora se encontraban huyendo del tenebroso lobo, que solo los buscaba para comérselos.
Es por ello que para escapar de las garras del lobo, los cerditos decidieron construir una casa, el primer cerdito hizo una con paja, uso este material para poder terminar rápido y continuar jugando.
El segundo cerdito prefirió hacer su casa de madera, pues al ver que su primer hermano ya había terminado, quiso darse prisa para jugar con él.
Pero el tercer cerdito, era el que más había tardado en la construcción que estaba haciendo, él estaba haciendo su casa de ladrillo, pues para él era importante que fuese una cosa bien segura para todos, repitiéndole una y otra vez a sus hermanos, ya verán lo que hará el lobo con sus casas, no son para nada resistentes, quienes hicieron caso omiso por estar divirtiéndose.
El lobo salió y empezó a perseguir al primer cerdito, quien llegó hasta su casa de paja. Sin embargo el lobo sopló, sopló y sopló hasta que la casa de paja se derrumbó.
Después el lobo siguió persiguiendo al cerdito en lo más dentro del bosque, quien corrió para buscar y llegar hasta la casa de su hermano, el segundo cerdito. Al llegar a su casa, igualmente el lobo sopló, sopló y sopló hasta que la casita de madera se derribó.
Los 2 cerditos fueron en busca de su tercer hermano, quienes sabían que tenía mayor protección, pues este se había dedicado con mayor hincapié a la construcción de una casa mucho más fuerte. Corrían y corrían, hasta que llegaron a la casa de ladrillo, casi sin aliento.
El lobo se había encontrado muy cerca de ellos tiempo antes de que lograran conseguir la casa del otro cerdito. Cerraron la puerta inmediatamente y se metieron en lo más profundo de la casa asegurando todas las puertas y las ventanas.
Mientras ellos estaban asustados, el lobo se encontraba rondando la casa, buscando cualquier punto donde pudieran entrar, pero lo que se le ocurrió fue conseguir una escalera bien larga para treparse por el tejado y poder colarse por la chimenea.
Sin embargo, como es bien precavido, el tercer cerdito había puesto al fuego en la chimenea, una olla con agua. Mientras el lobo descendía se resbaló en la pared de la chimenea y cayó en el agua hirviendo, por lo que se escaldó.
Como pudo, volvió a salir de la casa, manifestando su dolor con unos terribles aullidos, tan altos que todos los animales pudieron escucharlo y corrieron a ver que estaba pasando. Después de esto, logró ver días después a los cerditos, pero se dice que nunca más quiso volver a comer ni siquiera a perseguir a quien para él, eran los peores animales.
El lobo pudo aprender que de la maldad no quedaba más que heridas en él, por lo que desde ese momento decidió empezar a ser feliz con su comida y teniendo buenos amigos en todo el bosque.
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