El mayor placer de esa persona idiota era calificar con «1» cualquier cuento nuevo de terror que era publicado en una reconocida página de internet, especializada en ese tipo de historias.
Una noche, esta persona idiota no podía conciliar el sueño, de manera que se le ocurrió encender su celular para conectarse a esa página y así ver si había nuevos cuentos publicados a los cuales calificar con su inapelable «1», que tanta fecilidad le daba. Luego de cometido su capricho, cerró sus ojos felizmente para dormirse, cuando comienza a oír fuertes golpes y gemidos en la puerta de su habitación. Con la luz de su celular alumbra hacia la puerta y ve una especie de neblina metiéndose por debajo, hasta que la puerta es derribada: eran todos los zombies de todos los autores y autoras de los cuentos que fueron calificados con «1» por esta persona idiota.
—Tienes un uuuno… por tu actitud tan idiooota… — le decían, en medio de sus gritos de espanto, hasta que le arrancaron sus entrañas.
Al otro día, frente a la horrenda escena, las autoridades encontraron escrito en las paredes de la habitación de la persona idiota, con su sangre: no más «unos» a los autores de historias de terror.
Moraleja: deja en paz a la gente que se esfuerza por elaborar una historia para compartirla con los demás.
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