Enviado por Blacksmith
NUNCA SABES CUALES SON LOS LIMITES DE UN HOMBRE ASI QUE NO ME PROVOQUES, PORQUE YO NO LOS TENIA.
-No corras.
Dije mientras el infeliz se arrastraba por el suelo, tratando de escapar de su destino. Ya era muy tarde, me había hecho enojar y ahora es mi momento de descargarme.
Sus gritos de dolor se intensificaban mientras profanaba su cuerpo con mi moto sierra, cada segundo de su sufrimiento era más placer para mí, disfrutaba de su dolor, de cada gota de sangre que caía.
-Ahora es mi turno de hacerte daño idiota.
Tome su cuerpo como si fuera una bolsa de papas y deje que mi gancho lo perfore dejando su cuerpo colgando y listo para sodomizar. Mi adrenalina corría con cada golpe que daba, pedía perdón desesperadamente y eso era lo que más me hacía reír. Todo lo que fuiste va a terminar ahora, en mis manos. Con ayuda de mi hacha me dedique a dejar cada extremidad deshecha, cada vez golpeaba con más fuerza, YO SOY EL MEJOR Y NINGUN IMBECIL ME HARIA SUFRIR.
-NADIE VA A SALVARTE, ESTAS A MI MERCED. Nadie me hace sufrir y ahora vas a pagar mi precio.
Por cada grito arrancaba un diente y la añadía a mi colección. Continué cortando sus piernas pero no lo dejaría morir desangrado, sería un desperdicio así que hice un torniquete en ambas piernas y fracture cada hueso con mi maso antes de cortar ambas piernas manualmente, su sangre corría mientras me regocijaba en mi propio placer enfermizo.
-Bienvenido al puto infierno. Tu vida nunca significo nada y menos significara ahora, me rio de tu patética existencia, NADIE te recordara cuando finalmente me digne de matarte.
ODIABA SUS HABLADURIAS odiaba las cosas que le decía a mi flor ella sería mi favorita por más que este seca. Así que decidí cortar su lengua con una de mis tijeras favoritas para que jamás vuelva a hablar. NUNCA fue suya, palabra por palabra hacia crecer mi ira, se acercaba a su destino y ahora finalmente lo tengo a mi merced y siendo un hombre de palabra cumplí con mi promesa de venganza. Lo arranque del gancho, desgarrando su columna y dejándolo en el suelo, lo obligue a tomar su propia sangre, entonces comenzó a llorar aun mas y me agarro de una rodilla pidiendo misericordia. A lo que escupí y patee su cara.
-No tuviste piedad pedazo de mierda así que no veo por qué debería tenerla ahora. Por tu culpa sufrí, así que ahora vas a morir a mis pies suplicando mientras lentamente hago desaparecer tu insignificante y vacía vida.
Bañe su casi deshecho cuerpo en combustible y al acabar mi cigarrillo lo apague en su frente.
-Te veo en la otra vida infeliz.
Su cuerpo ardía e intentaba escapar de forma inútil pues ya no tenía piernas ni tampoco energía así que decidí dar golpes secos a su torso con mi machete destruyendo sus desnutridas costillas y rasgando su piel. Al fin me sentía liberado con cada grito de agonía y sufrimiento. Gran parte de mi odio se fue con él al infierno, otra parte de mi deseaba irse con él para continuar disfrutando de sus gritos pero decidí que no valía la pena. Algunos recuerdos del daño que me hizo siguen en mi conciencia acechándome, listos para lastimarme de nuevo pero soy un hombre fuerte y estoy listo para lo que el destino me ofrezca.
–Y esa es la historia de lo que le ocurrió al pobre diablo cuando tu mami no estaba conmigo pequeña. Es un poco dura, lo sé, pero aun me siento orgulloso de ello.
Ahora descansa mi amor.
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