El padre de Pedro y el vivían muy felices en una finca cerca del norte de Veracruz, México. La historia que narraremos a continuación es totalmente cierta y real, aunque la misma sucedió en el año 1985, algo vieja, pero todos la han conservado como un hecho que nunca jamás van a olvidar en sus vidas. El padre de Pedro era administrador de un poderoso ganadero de panuco.
El trabajo de acarrear el ganado era algo pesado. En un día muy fuerte, Don Noel y su hijo Pedro decidieron quedarse en el ganadero, ya que no querían que les cogiese la tarde en el camino, pues el trabajo de hoy había sido más pesado que los anteriores, obligándoles a quedarse en el ganadero, aunque no tan preocupados porque tenían todo lo necesario para pasar la noche bastante cómodos.
Los ayudantes, Pedro y Don Noel decidieron cenar haciendo una fogata en el lugar, conversando sobre todas las actividades que les deparaba la semana entrante. Pero Pedro captó algo muy extraño mientras ellos conversaban. Un fuego iba y venía en el potrero, algo aterrorizante, pero Don Noel y los demás lejos de estar despavoridos estaban sonrientes.
Todos apoyaban la teoría de que ese fuego punzante que iba y venía pertenecía a brujas que se paseaban por el lugar, ya era costumbre que los molestaran a esas horas, en especial en aquel lugar solos donde muchas animas les encanta pasear a horas de la madrugada.
Aunque Don Noel se mostraba bastante seguro de sí mismo, Pedro no lograba conservar la calma, obligando a esconderse dentro del ganadero y protegerse con un pabellón. Las brujas eran capaces de oler el miedo, pero Don Noel, un simple mortal podía oler el miedo de su propio hijo, cosa que le preocupó bastante.
Por ello, entró al ganadero y fue por su hijo diciéndole:
-¿De verdad crees que ese pabellón te va proteger? Si las brujas te quieren hacer daño basta con que sepan donde estas para lastimarte ¡Nunca demuestres miedo!
Luego de esas palabras Juan intentó dormir. Pero era imposible e inquietante sacarse esas cosas que había visto esa noche. En la mañana siguiente notaron que entre los trabajadores faltaba alguien, este llego con la ropa rasgada a desayunar tarde en el rancho, luego de que habían emprendido el camino largo desde el ganadero.
A ellos les sorprendió su estado, sin embargo, Don Noel que era quien daba la palabra no dijo absolutamente nada y lo dejó pasar. Una noche Don Noel estaba durmiendo tranquilamente y le llegaron a tocar a la puerta de su casa desesperadamente ¡Don Noel! Necesito que atienda por favor.
El hombre salió asustado:
-¿Qué pasa?
-Don Noel debo decirle algo
El jefe de la comisaría estaba parado enfrente de la casa de Don Noel y con una mirada seria le dijo:
-Señor uno de sus trabajadores, Juan, es un brujo, practica magia negra y se convierte en una especie de lobo todas las noches para asustar a nuestros hijos en el pueblo, además acosa a las mujeres y ya no está volviendo literalmente locos, le exigimos que lo despida y lo mande bien lejos de este lugar, o usted deberá enfrentar los daños que el hombre está causando.
Don Noel se rascó la cabeza, y le dijo al comisario:
-Déjeme dormir y me paso mañana temprano por su oficina.
Don Noel cumplió y fue temprano a la oficina del comisario, explicándole que si no le probaba que el que estaba transformado en Nahual era el hombre, no estaba dispuesto a despedirlo de ningún modo. El comisario de la policía estaba consciente que Juan no se dejaría tomar pruebas mientras se transformaban, pero sí que estaban seguros que era él por la ropa que medio llevaba puesta como animal.
Don Noel si sabía que ese era un gran problema, pero no iba a despedirlo sin motivos, el era justo y no iba a dejar que un simple hombre lobo dañara la imagen que tenia de uno de sus mejores trabajadores. Sin embargo, la gota que derramó el vaso para Don Noel, desafortunadamente le ocurrió.
El Juan destruyó todo el trabajo que el mismo había hecho el día anterior, lo peor es que dicho trabajo lo cobró ese día y se embriagó tanto que fue a su casa a dormir. Tanto le indignó a Don Noel esto que fue por su escopeta y marchó a la casa de Juan para propinarle la muerte.
Don Noel tiene una mano justiciera demasiado severa, que gran sorpresa que al llegar a su casa se encontró con el comisario y un montón de gente a las afueras de la casa de Juan. No estaba ni si quiera en casa, pero Don Noel notó a lo lejos que entre los matorrales se estaba ocultando. Fue el único que lo vio mientras los demás estaban quemando la casa de Juan.
El hombre emprendió en busca del animal y soplando tiros al aire para apuntarle y matarlo llegó a acertar. Pero cuando se acercó a mirar en donde había quedado el cadáver, sólo encontró la ropa de su antiguo trabajador. Al amanecer todos estuvieron buscándolo, pero duraron varias semanas y luego pasaron años donde no lo volvieron a ver.
Se dice que Juan, o el Nahual aún vive por estos lugares, después de tanto tiempo este sigue todavía vivo, y lo peor de todo es que su vida se ha alargado. Los nahuales viven más que los humanos y como su hogar ha sido quemado, seguro que con él también se fue ese libro de magia negra que le permitía convertirse en un animal feroz.
Juan vive en los campos y maizales de noche. Se alimenta de animales y de lo que encuentre. Si alguna vez te llegas a quedar una noche en los campos de México, recuerda nunca tener miedo y ni si quiera intentes protegerte de dicho animal, porque esta cosa puede percibir el miedo más que cualquier bruja, pues hablamos de un Nahual que ha dejado de ser humano desde entonces.
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