Erase la historia de un hombre joven al que le encantaba documentarse de mucha información. Su nombre era Fausto y le encantaba leer y escribir. Se animo a escribir sus propios libros, los cuales posteriormente disfrutaba leyéndolos sólo para él. Era un hecho extraño, tenía pocos amigos y sin embargo, no le permitía compartir ninguno de ellos.
Pero se sabe que el chico tuvo que haber escrito buenos libros. Su amigo Luis sabía que él tenía una pasión por género horror, se había documentado tanto así, que el Fausto se animó a escribir una novela que le cambiaría la vida, o mejor dicho, se la quitaría. Luis se había dado cuenta accidentalmente que uno de los libros que había escrito Fausto era un poco inquietante.
El leyó sin querer la portada, algo que nunca antes pudo hacer otro amigo cercano a Fausto. Parece que esta portada contenía el título “La gente que sonríe” Al parecer estaba basado en hechos reales que le estaban pasando a Fausto, y que para nada, eran agradables. Estos hechos psicológicos lo perturbaban y aterran, quizá hubiera querido que fuera algo paranormal, pero fue mucho más allá lo que en realidad le estaba pasando por su cabeza.
En la calle Fausto sentía miedo, el contaba a sus amigos del trabajo que en ocasiones luego de salir de su jornada miraba a las personas de su alrededor, cada vez notaba que el ambiente era distinto, un ambiente donde todas las personas cada día se hacían más silenciosas, sólo estaba presente el ruido de la calle, mientras todas esas almas entre cuerpos caminaban espeluznantemente alrededor de él.
Pero luego esta experiencia se hizo más escalofriante cuando el narraba que sentía que con su pupila, podía mirar con el rabo del ojo como la mayoría de las personas de su alrededor se le quedaban viendo, en especial aquellas que salían de su vista periférica. Cuando el volteaba a mirar, encontraba a estas personas mirándolos fijamente, con las pupilas dilatadas y los ojos saltones, aterrados y con una cara que no era para nada normal.
Fue allí en donde todo empezó a empeorar, los días fueron pasando y esas calles se convirtieron en su inferno. Ir a casa se convirtió en un gran problema. Esas miradas ahora tenían una sonrisa, al llegar a casa se sentía tan acosado que no podía dormir luego. Para poder conciliar el sueño escribió un libro sobre eso, que por cierto era el que había husmeado su mejor amigo Luis.
Lo cierto de la historia es que el antes de escribir ese libro que lo llevó a la locura había escrito otro, el cual se llamaba “Foras”. Este es el nombre de un demonio y el tanto se la pasó investigando sobre él, que escribió un libro el cual le perjudico su vida. Fausto no supo lo que hizo, las palabras salían solas cuando estaba escribiendo sobre ese libro. Y es que al parecer él empezó con una historia de terror en el cual explicaba el objetivo del mismo, aunque no se supo nada más sobre este libro desde que ocurrieron los hechos.
Fausto luego de que salía del trabajo veía que las cosas iban de mal en peor, parece que se dio cuenta que era una enfermedad mental que le debilitaba el cerebro y a su vez estaba consumiéndolo por dentro. Creía que estaba loco, a veces hasta pensaba en hacerle algo a esas personas que lo miraban con una sonrisa desafiante en la calle. Pero deliraba, no se daba cuenta que esta enfermedad lo estaba consumiendo también en el trabajo.
Una tarde mientras se encontraba en la oficina miró a su alrededor, se dio cuenta que le estaba pasando lo mismo que en la calle. Era incontrolable, parecía que todos estaban a punto de matarlo con una sonrisa, a donde quiera que volteara de reojo estaban allí, un mundo paralelo de personas que querían matarlo con una sonrisa macabra.
Esto ya era demasiado para él, tanto les costó conseguir su trabajo, pero pensó que lo mejor para su salud era ir a un psiquiatra que determinara su estado. Lo peor es que varios familiares no apoyaban esa idea, a cambio ofrecieron reunirse en una cena para aclarar la situación y de esta manera hacer que Fausto se calmara.
Sin embargo, en la misma cena Fausto sufrió los síntomas que lo venían agobiando desde hace días atrás, parecía interminable esta pesadilla, y para colmo sabía que tampoco podía dormir, pues soñaba lo que todos los días le estaba pasando. Ya llevaba varias semanas sin poder dormir más de 3 horas, llegando a un punto en donde el pobre no podía conciliar el sueño.
Fue aquí en donde decidió agarrar un arma y con la decisión de disparar hacia su ventana contra las personas que estaban mirándolo desde abajo, giró su arma apuntando a él y abriendo lentamente la boca tiró del gatillo para borrarse del mapa, pues el único que no podía sonreír en ese mundo era él.
Esta historia está basada en hechos reales, un chico que se suicidó, contaba sus historias a través de un foro en internet. Sin embargo, después de 2014 no se supo más del chico, su amigo Luis que es miembro del foro a su vez, confirma que se ha quitado la vida por los terribles hechos que el mismo contaba. Muchas personas que se atreven a juzgarlo atribuyen la culpa a Foras, un demonio que tomó lo que le pertenecía, la persona que retó completamente a invocarlo a través de un libro.
No se han escuchado muchas historias sobre este ser, pero al ser el presidente del infierno no se espera nada bueno. Muchas otras personas se han quitado la vida ya por espíritus, pero un demonio va mucho más lejos, quien sabe porque atrocidades pasó antes Fausto con esos hechos tan terribles que ocurrían en su cabeza, como para tomar una decisión tan difícil, la decisión de quitarse la vida sin buscar otra solución al gran problema “psicológico”.
¡Sé el primero en comentar!