ARGUMENTO
Sha Jahal es un emperador poderoso, que ama a su esposa más que a ninguna otra cosa en el mundo. Sin embargo, la emperatriz muere al dar a luz a su último hijo y en su lecho de muerte, él le hace una promesa.
PERSONAJES
Sha Jahal
Mumtaz Mahal
Médico real
Príncipe
PRIMER ACTO
A las afueras de los aposentos reales, el emperador Sha Jahal deambula preocupado, de un lado a otro. Fuera de escena, se pueden escuchar los gritos de dolor de su esposa, seguidos del llanto de un bebé. E médico real sale por una puerta en el escenario, con expresión apesadumbrada.
Sha Jahal: ¿Qué ha pasado con mi hijo?
Médico Real: El príncipe está muy bien, es un varón precioso y saludable, Majestad.
Sha Jahal: ¡El cielo me ha bendecido! ¡Un varón! ¿Y mi esposa?
Médico Real: No voy a mentirle, Alteza. La emperatriz está muy mal, este ha sido su décimo cuarto alumbramiento y su cuerpo no ha podido resistir. Me temo que no pasará de esta noche.
Sha Jahal (desesperado): ¡No! ¡No puede ser! ¡Debe haber algo que pueda hacer por ella!
Médico Real: Lo siento, lo único que he podido hacer fue suministrarle una droga para aminorar su dolor, pero la emperatriz perdió mucha sangre. No hay remedio. Será mejor que le dé la despedida. Lo lamento mucho, Majestad.
Sha Jahal entierra la cara entre sus manos y llora con aflicción. El médico le hace una leve reverencia y se retira.
SEGUNDO ACTO
Sha Jahal entra en sus aposentos y se arrodilla al lado de su esposa, quien yace en la cama, pálida y cansada. Una débil sonrisa se dibuja en la cara de la emperatriz.
Mumtaz Mahal: Sha Jahal, ¿has visto a nuestro hijo? Es hermoso.
Sha Jahal: No hagas esfuerzos, amor mío. Lo he visto y se parece tanto a ti.
Sha Jahal besa la frente de su esposa y llora de nuevo.
Sha Jahal: Te amo tanto, Mumtaz Mahal. No sé que voy a hacer sin ti.
Mumtaz Mahal: Gobernar, disfrutar de nuestros hijos. Hemos pasado buenos momentos juntos, querido. Puedo irme en paz, sabiendo que cuidarás bien de todos nuestros príncipes. Y si algún día puedes encontrar la felicidad que yo te brindé, en alguien más, no dudes en desposarla. No quiero que estés llorándome el resto de tu vida.
Sha Jahal: Eso nunca, jamás te olvidaré. Te entregué mi corazón solo a ti desde el primer momento en que te vi. (Sujeta su mano). Y juro por ese mismo amor que te tengo, que el mundo tampoco te olvidará. Construiré el palacio más hermoso de la Tierra en tu honor.
Mumtaz Mahal cierra los ojos y su esposo suelta su mano.
Sha Jahal: Descansa en paz, amor mío.
TERCER ACTO
La escenografía muestra una hermosa imagen del Taj Mahal en todo su esplendor. Sha Jahal y su hijo menor lo contemplan, el primero tiene una expresión de serenidad en el rostro. El segundo, abre los ojos con asombro.
Sha Jahal: Y bien, hijo, ¿qué te parece?
Príncipe: Es el palacio más hermoso que he visto en toda mi vida, padre. ¿De verdad era un obsequio para mamá?
Sha Jahal: Es, porque yo sé que ella continúa en espíritu con nosotros y debe sentirse muy dichosa de contar con semejante tesoro en su honor.
Príncipe: Realmente amabas a mamá, ¿no es cierto?
Sha Jahal: Jamás he podido olvidarla y ten por seguro que el mundo tampoco lo hará. Porque mientras este palacio siga en pie, mi amor por Mumtaz será recordado a lo largo de cientos de generaciones.
FIN

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