Descripción: Tamara tiene un trastorno alimenticio pero en medio de su desesperación, alguien muy especial le hará saber que puede salir adelante.
Personajes: Tamara, Gabriel, Mamá
PRIMER ACTO
En el escenario, Tamara, una adolescente con problemas alimenticios, se encuentra dándose un atracón con dulces y pasteles que tiene encima de su cama.
Tamara: ¡Soy una cerda! ¡Me odio! ¡No puedo hacer nada bien! (Se atraganta con una magdalena). Ya no aguanto más, ¿qué hice? ¡Tengo que expulsar toda esta grasa de mi cuerpo!
Se levanta de la cama y va hacia el baño, que se puede ver a través de una puerta entreabierta. Desde allí, se la escucha vomitando y llorando. Entra su madre en escena.
Mamá: Ay hijita, de lo que te perdiste, la obra de teatro estuvo muy bonita, que mal que no me acompañaste… ¿Tamara? (Se asusta y corre al baño) ¡Tamara, hija! ¡Otra vez estás vomitando!
La madre de Tamara se para ante la puerta del baño, suspira y se cubre la cara con las manos, llorando.
Mamá: Esto no puede seguir así, Tamy. Voy a llevarte a un lugar donde te ayudarán a superar este problema.
SEGUNDO ACTO
En una habitación completamente blanca, Tamara está sentada sobre su cama, de malhumor.
Tamara: Odio estar en este lugar, si mi madre me quisiera de verdad, no habría encerrado aquí.
Gabriel (voz fuera de escena): Tu madre te ama más que a nada en la vida.
Tamara: ¿Quién es? ¿Quién está ahí?
Entra Gabriel en escena, es un joven muy guapo y todo vestido de blanco.
Gabriel: Lo siento, no pude evitar escucharte. Quería que supieras que tú no estás sola, Tamara. Tanto tu madre como alguien muy especial te aman y desean que te recuperes.
Tamara: ¿Eres uno de los enfermeros?
Gabriel (sonríe): Algo así. Tengo un regalo para ti. (Le entrega una cadena de plata con una cruz).
Tamara: Qué bonito, ¿de donde lo sacaste?
Gabriel: Eso no importa. Es para que te acuerdes de que Dios te ama y si tienes fe en él, lograrás salir adelante.
Tamara: No sé porque… pero ahora siento mucha paz… ¿Gabriel?
Levanta la vista de la cruz pero se encuentra con que el joven se ha marchado.
Tamara: ¿A dónde habrá ido? (Mira la cruz). Tiene razón, debo recuperarme.
TERCER ACTO
Tamara sale de la clínica de rehabilitación muy contenta. Su madre, quien la espera en las afueras, corre a abrazarla.
Mamá: ¡Tamara, mi niña! Me moría de ganas de verte.
Tamara: Y yo a ti, mamá.
Mamá: ¿Cómo te sientes?
Tamara: Mejor, mami. No te preocupes, pues ya verás que ahora todo va a estar bien. He comido estupendamente y me he aceptado tal y como soy.
Mamá: No sabes el gusto que me da escuchar eso, hijita. Le pedí mucho a Dios para que te recuperaras.
Tamara: Y él te escuchó, mamá. Mandó a alguien muy especial que me ayudó a darme cuenta del daño que le estaba haciendo a mi cuerpo.
Mamá: ¿Ah sí? ¿Quién?
Tamara: Eso no importa, mami. Vamos a casa, quiero comer el pastel de elote tan rico que sabes hacer.
Ambas vuelven a abrazarse y salen de escena.
FIN
¡Sé el primero en comentar!