Erase una vez una niña llamada Annabel que tenía muchas muñecas extrañas, solo jugaba con ellas, Ella vivía en una casa en medio del cementerio y cada noche, salía para dibujar una estrella de cinco picos. En cada pico ponía una veladora, llevaba hiervas raras y pronunciaba las siguientes palabras con una voz diabólica:
«OH GRAN SEÑOR DE LAS TINIEBLAS, PRÍNCIPE DE LA OSCURIDAD, HOY TE VENGO A ENTREGAR UNAS ALMAS POR MEDIO DE ESTAS MUÑECAS, TÚ YA SABES LO QUE YO TE PIDO».
Así, la niña se llenaba de una fuerza sobrenatural que la poseía justo a las 3:33, es la hora del diablo. Cuando empezaba a salir el sol, el diablo desaparecía y y la niña terminaba su ritual.
Todo marchaba bien hasta que un día, el diablo se cansó de ella y dejó de cumplir con su parte del trato. Le arrebató el alma a su madre que estaba muy enferma y la niña llorando, fue a reclamarle. ¡El diablo se rió tanto de ella!
—¿Cómo pudiste confiar en mí? —le decía.
Acto seguido le arrebató su alma y se dice que hasta hoy la sigue torturando. Todas las madrugadas, en ese mismo cementerio y en esa misma casa, se escucha que una niña grita y aveces hasta la han visto lamentarse.
FIN😈

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