Una chica va con sus amigas a divertirse la noche del sábado en una discoteca. Las chicas beben y bailan hasta altas horas de la madrugada, antes de volver a sus casas. Ella no vive demasiado lejos, así que sale del club a pie y camina por las oscuras callejuelas de los alrededores. Todavía no es lo suficientemente temprano como para que aparezca el sol.
De pronto, unas risas masculinas la hacen sobresaltar. Hay un grupo de hombres que la ha visto y ahora la están siguiendo. Todos ellos son jóvenes y van vestidos como pandilleros.
La chica echa a correr y ellos la persiguen, hasta acorrarlarla en un callejón. Una vez allí, comienzan a dirigirle palabras lascivas y a tocarla sin su permiso. Ella está aterrorizada y les pide que le dejen en paz. Entonces ellos deciden jugar un juego peculiar.
—Te daremos a elegir —le dice uno de ellos—, puedes entregarte a nosotros o aceptar «la sonrisa del payaso».
La pobre muchacha no sabe a lo que se están refiriendo. Pero piensa de cualquier modo, que toda cosa es preferible a ser ultrajada por aquellos desconocidos. Así que sin pensarlo mucho, elige la sonrisa del payaso.
Los pandilleros sonríen macabramente y uno de ellos saca una navaja. A continuación, sujeta a la chica y él hace un corte que va desde las comisuras de sus labios hasta las orejas, dejándole una grotesca y ensagrentada sonrisa.
Igual que la de un payaso.
No es la primera vez que esta leyenda urbana ha aterrorizado a las personas. Se viene contando desde hace varias generaciones y por suerte, jamás se ha comprobado que sea real. Incluso existen varias versiones de ella.
Una de ellas, cuenta que los delincuentes andan al acecho de personas que caminen solas por la noche, sin importar su edad o su sexo. Cuando encuentran a alguien, lo obligan a decidir entre ser apuñalado o tener la sonrisa del payaso. Si su elección es la segunda, le hacen tumbarse en el suelo con la boca abierta sobre el pavimento. Entonces le propinan una patada que le hace morder la acera, quebrándole todos los dientes.
La última versión y popular de esta macabra leyenda, dice que la decisión tiene que hacerse entre la sonrisa del payaso y el pellizco. La víctima puede librarse de un defecto de por vida si elige lo segundo, pero tiene que soportar que le muerdan la piel con un alicate.
No se sabe si todas estas cosas sean verdad; probablemente solo son invento de alguien con mucha imaginación e ingenio para asustar a la gente. No existen testimonios propiamente documentados de las víctimas de estas aberraciones, por suerte para quienes se sienten desfallecer con solo leerlas.
La leyenda se ha esparcido sobre todo, a través de correos electrónicos o cadenas que se comparten en los grupos de Whatsapp.
Aunque si lo piensas bien, nunca está de más tener precaución.
Si alguna vez tienes que salir de casa por la noche y a solas, mejor cuídate las espaldas.
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