Jorge Rendón, era un hombre que se la pasaba viendo los signos, todos los signos que por su frente aparecieran.
Cada vez que salía de casa hacia su trabajo se la pasaba mirando el cielo y todo su alrededor para ver que le descifraban muchos de los que veía diciendo que no aparecían de casualidad, sino que representaban prados y cosechas que recogería muy pronto, simplemente para él, eran advertencias.
Era como si un ser superior le quisiera dejar un mensaje a través de cualquier signo. Sin embargo Jorge siempre se preguntaba por qué se le aparecían solo a él, que era un hombre solitario sin nadie a quien rendirle cuentas y quien solo podía pasar penurias día a día.
Jorge no era nada parecido a un héroe, aparte tampoco era religioso, simplemente era uno más en el mundo, hasta que los signos empezaron a ser parte de su día.
Esas advertencias aparecieron para darle el mensaje a Jorge que algo pasaría en su vida, pero algo malo parecía, porque si bien al principio parecía algo de gracias, al final se tornó mucho más suspensivo y con muchos secretos detrás de todas las imágenes.
Dentro de las más espantosas advertencias, se encontraba una que al llegar a casa hizo pasmar a Jorge, una persona inmensamente alta. En ese momento no quiso más que hablarle a la policía, pero a pesar de ello, la curiosidad pudo más que él y entro a su casa, viendo que no se trataba de una sola persona, sino de varios, de varios ángeles.
A pesar de todo lo que aparecía, Jorge seguía preguntándose: ¿Por qué a mi?
Todos los ángeles que se encontraban dentro de casa tenían en sus manos gabardinas y al quitárselas fue como Jorge pudo darse cuenta que se trataban de ángeles.
Los ángeles le dijeron: simplemente queremos que vengas a ayudarnos en el apocalipsis, pues tu eres una persona neutral en lo que se refiere a lo religioso, queremos que te integres en nuestro equipo de partidarios que no pertenecer ni a Dios ni a Satanás, pues solo queremos que seas nuestra voz y nuestro medio de comunicación a toda la población.
Mientras el ángel le hablaba a Jorge, éste no podía creer todo lo que pasaba por su mente en ese momento, se imaginaba trazando todo lo que emitían los ángeles tal y como si se tratara de un sueño, pero no, no lo era. Y lo peor es que no sabía si con ello se volvería más o menos religioso.
Tiempo después, Jorge lo meditó y decidió ser fiel únicamente a Dios, diciéndole a los ángeles que así sería por el resto de sus vidas. El ángel se convirtió en un demonio tratando de matar a Jorge.
No obstante, la fuerte fe de Jorge hizo que Dios lo protegiera del daño que el demonio quería provocarle, sin pensar que su escapatoria a todo esto sería al caer de la cama y despertar de esa terrible pesadilla pero que le sirvió para acercarse más a Dios.
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