Personajes
Marta
Izaguirre
Marta, de 9 años de edad quiso conocer al general Argentino, José de San Martín, mientras este desembarcaba en Colombia para encontrarse con el gran Libertador, Bolivar.
Ahora, Marta tiene 27 años de edad, más un recuerdo que no podrá olvidar nunca y que mantendrá a través de los años en su alma y en su corazón.
Izaguirre, era un doctor de al menos 35 años de edad, quien siempre iba de la mano de la defensa de los protagonistas bolivarianos, pero que aun así tenía un propósito en mente y era conquistar a la bella Marta, pues había sido su amor platónico desde la infancia. En una de sus frecuentes conversaciones de coqueteo, fuerza y contraopiniones a la vez:
Izaguirre: “Mi decisión ya ha sido tomada: una vez idealizada la fecha del primer congreso de Perú, abordaré el destino a Chile…” eso no significa “despotismo”?
Marta: En lugar de despotismo, Honor.
Izaguirre: ¿Ah sí? ¿Honor? Pues me parece que dejar una batalla, no es ningún honor. Los destinos de los pueblos dependen de la firmeza que tengan sus gobernantes responsables.
Marta: También, se describe a un gobernante firme como aquel que puede desprenderse completamente de sus glorias.
Izaguirre: No necesariamente, pues se trata siempre de enfrentar la realidad y mantener en la posición a los ideales propios.
Marta: ¿Puedo preguntarle de qué realidad habla? Si sus tropas agazapadas no tendrían buena suerte si no están junto a los refuerzos bolivarianos y también por no tratar los planes con delicadeza y dedicación.
Izaguirre: ¿Delicadeza y dedicación? Bueno saberlo, señorita.
Marta: Si, esa sería una buena excusa, pues sería imposible que un gran caballero pueda ordenar a otro del mismo rango. Discúlpeme Dr., pero me parece que el general Simón Bolívar ha actuado perfectamente, justo como su conciencia le indicaba.
Izaguirre: No se trata solo de su conciencia, sino de otras razones, razones ordenadas directamente por el congreso.
Marta: ¿Y vas a creer en eso? El congreso no ha ordenado nada, si ni siquiera está al tanto de lo que está sucediendo.
Izaguirre: claro que ha estado pendiente de todo lo que ocurre. Cada uno de los congresistas se han mantenido presentes en cada suceso, incluso para evitar la introducción de ineptos y de personas incapacitadas para cada plan.
Marta: El general, siempre se ha mantenido consciente de que el congreso de Colombia está totalmente a su disponibilidad y cualquier decisión que este tome, los del congreso la aprobarán sin ningún tipo de problemas.
Izaguirre: ¡Y nuestro territorio! No ponga sus sentimientos de este lado de la conversación, pues la guerra no puede ganarse si no es con mente fría.
Marta: ¿Qué dice? ¿Cómo puede hablar de lo que pienso, si no lo conoce?
Izaguirre: Basta con observarla, para darse cuenta de su amor por el sureño, al ver su rostro brillando de alegría y de encanto, sin ningún obstáculo. No quiero deshonrarla pero…
Marta: No continúe, por favor. Es totalmente humillante y fuera de lugar lo que acaba de insinuar, Dr. Debería reconsiderar lo que ha mencionado.
Izaguirre: Mejor sería irme a casa, aunque todo lo que quería era expresar mis sentimientos por ud, Señorita Marta.
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