Descripción: Guión corto basado en un creepypasta. Daniel es un joven que todos los días experimenta horribles alucinaciones, de modo que su padre le recomienda ver un psiquiatra.
Personajes: Daniel, Psiquiatra, Padre
PRIMER ACTO
Se abre el telón y en un escenario vacío, con el fondo blanco, vemos a Daniel, un muchacho de apariencia normal, sentado solo en un banquillo, cabizbajo. De repente, alza la cabeza y mira hacia el público.
Daniel: No puedo acordarme del momento en el que empezaron las alucinaciones. (Habla con un tono de voz monótono y tranquilo). Pero sí sé que eran sumamente terribles. Tenía visiones todo el tiempo, que me hacían arrinconarme en mi habitación. Gritos, fuego, un calor sofocante…
Daniel mira hacia todos lados abrazándose, temblando, paranoico.
Daniel: Era horrible, realmente horrible… pero todo comenzó a mejorar el día en que mi padre me encontró…
La luz en el escenario se desvanece.
SEGUNDO ACTO
Cuando la luz se vuelve a encender, vemos a Daniel vestido con ropa diferente, acurrucado en un rincón de su dormitorio y gritando. Tras él, el escenario en blanco proyecta una espantosa visión de sombras y fuego. El chico se lleva las manos a la cabeza con desesperación.
Daniel: ¡Dejen de atormentarme! ¡Basta, basta!
De fondo, se oyen varios alaridos monstruosos. Daniel se retuerce. Un hombre entra en la habitación y se arrodilla delante de él, preocupado.
Padre: Daniel, hijo, tranquilízate.
Daniel abre los ojos y lo mira.
Daniel: ¡Papá, tengo miedo! ¡Esas voces no se callan!
Padre: Daniel, esas cosas solo están en tu imaginación, ¿me oyes? (Las voces se van apagando junto con las visiones). Deberías ver a un psiquiatra, hijo. El estrés te está afectando.
Daniel suspira y su padre lo abraza.
TERCER ACTO
En el despacho de una psiquiatra, Daniel se encuentra tumbado sobre un diván, mientras ella toma notas.
Psiquiatra: Y estas voces, ¿las escuchas todo el tiempo?
Daniel: Cuando menos me lo espero. Son horrorosas, sufren y me acosan… mi padre me dijo que usted me ayudaría.
Psiquiatra: He revisado tu expediente, Daniel, y no hay antecedentes de enfermedades mentales en tu familia. Lo que tú tienes, es debido al estrés postraumático.
Daniel: ¿Estrés postraumático?
Psiquiatra: Sí, Daniel. A causa del accidente.
Daniel: ¿Accidente?
Psiquiatra: El que tuviste hace dos meses, con tu familia. Me informé en el hospital donde te atendieron… se desató un incendio terrible en el edificio en el que habitabas. El fuego acabó con la vida de 26 personas… incluyendo a tus padres.
Daniel palidece.
Daniel: Eso no… eso no es verdad…
Psiquiatra: Cuando experimentamos un suceso traumático, la mente puede forzarnos a olvidar en un intento de proteger nuestra estabilidad. Todo estará bien.
CUARTO ACTO
En el escenario volvemos a ver Daniel, sentado en la misma silla, cabizbajo. Saca un frasco con pastillas de su bolsillo y las vierte en su mano, mirándolas fijamente. Luego, alza la cabeza y sonríe al público.
Daniel: Ahora me siento mucho mejor. La psiquiatra tenía razón, solo necesitaba una medicación especial para mi estrés postraumático. Desde que tomo mis pastillas, las alucinaciones se han ido… y mi papá también.
Sonríe inquietantemente y se mete una pastilla a la boca, sin dejar de mirar fijamente al público.
FIN
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