La verdad siempre quise un novio, pensé que tener uno me haría sentir auto realizada, una moda del momento llegue a pensar, todas mis amigas tenían sus respectivos novios que sin duda las hacía verse mayores y muy importantes.
Estos chicos sí que las querían, las llevaban a todas partes, fiestas, piscinas, ferias, cines, en fin una infinidad de lugares, me imagino que los hoteles también se encuentra incluidos pero no soy quien para juzgar a nadie.
Me llamo Sofía y les digo que tener un novio y estudiar medicina no es fácil, pero el resto de las chicas lo hace ver tan sencillo que decidí decirle que si al único hombre en todo el mundo que se ha atrevido a pedirme ser su novia.
No soy muy agraciada así que no podía exigir, y si es lo que piensan ese chico es mi mejor amigo.
Él estudia ingeniería y se la pasan quejándose de lo rudo que es pero no me gusta discutir sobre ello ya que sin duda le ganaría, por alguna razón todo cambio entre nosotros.
Comenzamos hacer las cosas que hacían el resto de los chicos, ir al cine, comer, bailar, follar entre otras cosas pero siempre sentí desde el inicio que nuestra relación no tenía futuro así que decidí terminar con el.
Hasta mi madre me regaño por eso, pero le dije que en mi vida solo mandaba yo, soy quien escoge con quien quiero salir así de sencillo.
Santiago no dejaba de escribirme, me dijo que aceptaba mi decisión pero no dejaría de ser mi amigo, un pacto que hicimos antes de iniciar la relación, además de vivir a solo a una calle de mí la verdad tendría que tolerar su presencia hasta que tenga mi propia casa.
Pero como todo en la vida algo paso, dejo de escribirme de la noche a la mañana, lo vi en la calle y no la cruzo solo para saludarme, me sentí desatendida, me había acostumbrado a que a pesar de no estar juntos él siempre era atento conmigo, pero algo peor ocurrió, lo vi con otra chica.
No me esperaba una infidelidad post relación, quizás sea ilógico eso pero tan pronto, solo lo habíamos dejado un mes y ya se estaba revolcando con otra.
Pasaron los días y mi madre me volvió a regañar, pero esta vez dijo más de lo que no había revelado al principio, Santiago le había pedido consejos a mi madre de como conquistarme.
Algo un poco embarazoso la verdad, me revelo que él había ido personalmente hablar con mi papa para salir conmigo, mis padres son divorciados y este vive en otra ciudad, nunca me entere de esto.
La verdad que enterarme de esas cosas solo hizo molestarme más, ya que si me quería tanto que hacía con esa chica, pero cuando mis pensamientos se volvían cada vez más salvajes una alegre tonada llego a mis oídos.
Mi madre me llamo para que viera algo fuera de la casa, mi sorpresa fue ver a Santiago cargando un enorme peluche el cual tenía entre sus manos un corazón enorme que decía “te amo”, a mi pesar la chica con la que estaba más temprano lo acompañaba, esta tocaba la guitarra y Santiago cantaba.
Sin dudarlo quise sentirme como Julia Roberts pero sin ser prostituta, y me lance a sus brazos mientras lloraba como una boba.
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