Había una vez, un hombre que poseía una gran fortuna tenía dentro de sus propiedades, elegantes casas, así como casas en la ciudad y en el campo, vajillas de cerámica, de oro y de playa. Las piedras preciosas no faltaban dentro de sus pertenencias y sus muebles forrados eran brocados de gran finura.
Además, tenía elegantes caballos armados en carrozas para cuando quisiera dar sus paseos por el pueblo, sin embargo este hombre también contaba con verdaderos bienes materiales pero con todo y ello tenía un enorme problema y por ser de su apariencia, influía mucho en su personalidad, tenía la barba azul.
Esta barba le daba un aspecto tenebroso, feo y de una persona malvada lo que lo ponía muy triste ya que solía atemorizar a todo el mundo con solo una primera mirada, pues salían huyendo en el primer contacto. Este miedo, también identificaba su persona por haberse casado y divorciado varias veces, donde todo el mundo sabía que sus esposas se iban sin decir por qué y sin dejar ningún rastro de ellas.
Una vecina del hombre, era una dama elegante y de su misma altura social, tenía un par de hijas hermosas. Un buen día se atrevió y le dijo a la dama que quería a una de sus hijas en matrimonio, entonces la señora dejó que él escogiera cuál quería para él. Obviamente, ninguna de las hermosas jóvenes quería casarse con el hombre que tenía la barba azul.
A las dos las invitó a las mansiones del campo con el fin de que alguna se decidiera a casarse con él. Organizó una gran fiesta con muchos invitados, banquetes y hasta veladas nocturnas, consiguiendo que la más pequeña accediera a contraer matrimonio con el barba azul.
Después de un mes del matrimonio, el Barba Azul dijo a su esposa que tenía que hacer un viaje por un largo tiempo, alrededor de 6 semanas por un asunto de trabajo y que por ello le pedía que en su ausencia se divirtiera todo lo que pudiera con sus amigas y no dejara de pasarla bien.
Le entregó las llaves de la casa, de los muebles donde se escondían sus tesoros y todos sus bienes, prohibiéndole que nunca abriera el gabinete escondido que ya ella sabía a cuál se refería. El hombre se fue y la esposa se quedó sola, pero la curiosidad fue tan grande que directamente se dirigió a la puerta prohibida a ver qué tenía dentro de ella, la joven quedó perpleja y asustada, pues ahí tenía sembrados todos los cadáveres de las esposas que habían desaparecido.
Temblando de pánico cerró la puerta y volvió a su habitación, dándose cuenta que la llave se había manchado de sangre sin poder quitarse, por más que ella la frotaba. Barba azul llegó inesperadamente esa misma noche y después de preguntar por las llaves, ella las entregó con las manos temblorosas.
El se dio cuenta enseguida y le dijo, como has intentado entrar irás a acompañar a las demás damas que allí viste.
Rogándole le pidió que no lo hiciera, pero Barba azul cogió un cuchillo pero justo en ese momento tocaron tan fuerte a la puerta, eran los hermanos de la joven, quienes se dieron cuenta de lo que pasaba, lo atravesaron con una espada y a Barba azul lo dejaron muerto, mientras que la joven se quedó como la única heredera, pues él no tenía hijos.
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