La historia relata a una mujer desesperada por cuestiones laborales, que por causa de sus patrones había tenido inconvenientes. Se trataba de una indemnización, en el cual llevaba a cabo por ser despedida injustamente. Se sometió a un proceso difícil y estresante al acusar a las autoridades, demandando a los recursos humanos. Dichos problemas la hicieron caer en angustia y como resultando se la pasaba maldiciendo a los que fueron sus empleadores. Su novio Fren quien ya estaba preocupado, le sugirió que despejara su mente en alguna actividad. Un taller de papel en la Casa de la Cultura fue en lo que se inscribió. Ubicado en el mercado Belardo Rodríguez a unas cuadras atrás de la Catedral Metropolitana.
Todo parecía normal hasta que recibió una llamada de su abogada indicándole que debía preparar sus testimonios y pruebas. Durante ese mes de noviembre, su pareja por ser músico tenía que ausentarse por 2 meses y cumplir con una gira. Estuvo de acuerdo, pues sabía que se mantendrían comunicados diariamente, sintiéndose segura de su relación por ser estable y unida.
A los 2 días de que su novio había partido, fue a la clase de taller, en donde aprendería a realizar papel con capas de cebolla. Sin embargo, las olvidó y tuvo que bajar al mercado para comprar algunas.
En el momento en el que estaba disinces Dirigiéndose al puesto, ve que junto a ese sitio, se encontraba un hombre vagabundo con aspecto deplorable, haciendo caso omiso continúa caminando. Para acortar el trayecto pasa por un pasillo largo y solitario, al final de este detalla algo que la desconcertó. Ve al mismo hombre sentado a lo lejos, sabía que era él por lo siniestro que parecía. Entendía que estuvo ahí desde hace rato, siendo ilógico pues no podría haber llegado antes que ella. Lo más característico del sujeto además de su apariencia, eran las uñas de los pies y las manos como garras. Tratando de no observarlo, camina rápidamente sin mirar atrás, asegurándose que no le haría daño por otras personas estar cerca.
No sabía que detrás de aquel encuentro, se escondía algo perjudicante que tentaría contra su vida. El suceso se le fue olvidado a causa de que recibió una llamada de su abogada pidiéndole reordenar los argumentos. Su anterior jefa había declarado algo falso, expresando que ella la había empujado por las escaleras. Demostrando de tal forma haber atentado contra el bebé para que lo perdiera.
Esa noche llegó a su casa con rabia y odio acumulado hacía aquella mujer que la había acusado inmoralmente. Pensaba en ese ser despiadado hasta que se quedó dormida, pero tan solo 3 horas después despertó sobresaltada. Una pesadilla fue el causante de su repentino susto, en eso dirige su mirada al frente. Denota a su gato que se encontraba mirándola y ronroneando, lo cual era inusual ya que dormía en la sala. Se había relajado un poco de manera inesperada al sentirlo cerca, dejando las preocupaciones a un lado. Noches posteriores a esa igualmente había tenido pesadillas de las cuales con la ayuda de su gato Franchis lograba despertar.
Una noche, tuvo una pesadilla en la que se le había presentado aquel mismo indigente del mercado. Todo comenzó cuando su profesora la envió por más material a un cuarto lejano, mientras caminaba ve que ahí se encontraba el sujeto. El mismo le notifica tener algo importante que decirle, algo muy malo que estaba sucediendo y tenía que saberlo. En eso, le dice que lo siga hacía un pasillo oscuro hacía una habitación, por ser tan delicado lo que tenía que contarle. Sin embargo, al llegar a ese sitio, el personaje quería ir aún más lejos, a otra más oscura. Cada vez que caminaba sentía una incomodidad, provocando que se detuviera por la carga de terror. Pensaba en su familia, en su novio, sus amigos temían por su seguridad y la de sí misma.
El ser con aspecto atemorizante, le expresaba que no caminarían mucho y que cuando llegaran le diría lo que sucedió. A medida que iba percatándose de que se hacía más oscuro aquel pasillo, algo la hizo expresar “ya no voy a caminar”. Empezó a protestar contra él, dándole a entender que no lo seguiría más. Mientras escapaba, el espectro le gritó unas palabras inquietantes “de todas maneras vas a estar sola”. Al despertar, su gato estaba junto a ella con un comportamiento que la hizo analizar que él percibía algo. Al estar ya consiente denota un fuerte dolor en el rostro, la habían herido haciéndola sangrar.
A partir de ahí, todo empezó a decaer, ya su novio no se comunicaba con ella, ni le caían las llamadas. En sí, con ninguno de sus conocidos se podía contactar, causando que no supiera qué hacer. Aislada de todos, se empezó a dar cuenta de que algo malo estaría por ocurrir. Cada día que pasaba, era otro en el que no sabía el paradero de Fren y eso la inquietaba. Pronto empezó a cuestionar la relación y especulando acerca de dónde estaría. Escuchó un ruido horrible en la sala, dirigiéndose vio extrañada que a su gato le habían dado una paliza. Lo llevó al médico que en términos generales le salvó la vida, después de administrarle medicinas e internarlo para revisión.
Sus sospechas se iban confirmando, aquel ser era el causante de sus acontecimientos malignos. Así no tuviese a su gato para protegerla, estaba dispuesta a luchar. Estando en la calle un perrito se le acerca y al llevárselo todo volvió a normalizarse, recibió llamadas de su novio y salía con amigos. Él le hizo énfasis en que el celular de ella era el que había estado fallando, entonces decidió contarle.
El coordinador la llamó para notificarle el nuevo curso de meditación, el cuál ella aceptó ir. Se empezó a sentir mejor y libre de pesadillas, sabía que Canelo (el perrito) la estaba ayudando con su compañía. Una tarde sale con amigos y la profesora de meditación, con quien se queda hasta más tarde. Antes de irse, su maestra le notificó que traía detrás de ella, un ente oscuro, algo que le quería hacer mucho daño. Su energía era potente lo cual luchaba y una presencia inocente en su casa la protegía, por ahora.
Días después una compañera le leyó el tarot por llamada, ahí fue donde le contó la causa. Una mujer que estaba embarazada le echó un mal espíritu por brujería, esas personas sabían que sus pruebas eran verdaderas. Nuevamente perdió la comunicación con todos, hasta que Gerardo un compañero de hace tiempo se comunica. Ella aceptó, donde su visita fue a la Catedral Metropolitana por su afinación por el centro histórico.
Al encontrarse en el campanario, las campanas empezaron a sonar, sintiéndose tranquila y que un gran peso se quitaba de encima. En ese momento, gracias aquel sonido que emitían, espantaron a los espíritus, incluyendo a ese que la perseguía. Ese ente era un Bud que se encuentran en todas las partes de mundo, alimentándose de aquellos que emiten energías negativas. Por eso hay que mantener una actitud positiva ante las circunstancias difíciles.
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