ARGUMENTO
Obra de teatro basada en la leyenda ecuatoriana de La Dama Tapada. Guillermo es un hombre vicioso e irresponsable, al que le encanta malgastar sus noches bebiendo. Hasta que una noche, se encuentra con una misteriosa mujer.
PERSONAJES
Guillermo
Parroquianos
Dama Tapada
PRIMER ACTO
En el escenario, un grupo alegre de parroquianos bebe y se divierte en el interior de un tugurio de pueblo. El más alegre de todos es Guillermo, un hombre sumamente borracho, que ni para de gritar y molestar a los demás. Algunos lo miran con odio. De pronto, uno de los presentes se para y trata de contenerlo.
Parroquiano 1: Guillermo, cálmate hombre, estás importunando a todo el mundo…
Guillermo: ¡¿Y a mí que me importa todo el mundo?! ¡Si alguien tiene algún problema conmigo que me lo diga y lo arreglamos aquí mismo! ¡¿Quién va a ser el valiente?!
Parroquiano 2: Yo creo que mejor se va retirando, compadre. En su estado es muy peligroso andar tan tarde de noche. Se le puede aparecer la Dama Tapada, dicen que anda detrás de los viciosos.
Guillermo: ¡Bah! ¡Cuentos de viejas! Me voy, pero no porque ustedes quieran si no porque yo estoy harto de ustedes.
Guillermo sale de la cantina de manera torpe, sin dejar de refunfuñar.
Guillermo: Dama Tapada… Dama Tapada… ¡cómo si fuera yo a creer en semejantes tonterías!
Una joven hermosa y vestida de manera elegante, con un sombrero de ala ancha y una estola de pieles, entra en escena. Guillermo la mira embobado.
Guillermo: Vaya, vaya, buenas noches, señorita. ¿Necesita compañía?
Joven: La verdad es que sí, me gustaría mucho que me acompañara a mi casa, si no es mucha molestia. Ya es muy tarde y no acostumbro andar tan sola por estas calles de noche.
Guillermo: ¡Faltaba más!
Torpemente, le ofrece su brazo a la chica y ella lo acepta, sonriéndole amablemente. Ambos salen de escena.
SEGUNDO ACTO
Guillermo acompaña a la señorita hasta un cementerio. Ella está agachada, las luces del escenario no nos permiten vislumbrar su rostro. Él mira a su alrededor, desconcertado.
Guillermo: ¿Qué estamos haciendo aquí, muchacha? ¿Pues dónde vives exactamente? Mira que a mí no me gustan este tipo de lugares, y no estoy para juegos. ¿Eh, señorita?
La luz en escena ilumina por completo a la joven, revelando una aterradora sorpresa. Su rostro ahora es el de un esqueleto. Guillermo se espanta y salta para alejarse de ella, aterrorizado.
Guillermo: ¡La Dama Tapada! ¡Dios mío, la Dama Tapada!
Dama Tapada: Me conoces como soy, ahora me seguirás a mi tumba.
Las luces se apagan, mientras Guillermo suelta un grito desgarrador y el espectro se ríe maliciosamente.
TERCER ACTO
En la cantina del pueblo, los parroquianos se reúnen una vez más para contarse las buenas nuevas. Esta vez no hay rastro de Guillermo. Todos parecen muy consternados.
Parroquiano 1: No puedo creer lo que me dices, hombre…
Parroquiano 2: Créeme, lo encontraron ayer por la mañana, tieso como una piedra y con los ojos abiertos de pavor. Dicen que se murió ahí mismo.
Parroquiano 1: Aún me cuesta aceptarlo…
Parroquiano 3: (Acabando de llegar). ¿De quién están hablando?
Parroquiano 2: De Guillermo, compadre. El pobre ya no está más entre nosotros, dicen que se lo llevó la Dama Tapada.
Parroquiano 3: ¿Y usted de veras cree en esas cosas, amigo?
Parroquiano 2: Yo no sé, compadre, yo no sé. Lo que sí sé es que hoy, me voy a ir temprano a casa, no sea que me pase como al pobre Guillermo.
Todos en la cantina se sumen en un silencio melancólico y de pronto, palidecen. El eco de una risa macabra retumba en el escenario.
FIN
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