Perséfone era una de las hijas de Démeter, diosa de la cosecha. Era también una de las ninfas más bellas que existían en la Tierra y a menudo bajaba a los campos a recoger flores con sus hermanas. Fue durante uno de estos paseos que Hades, el dios del Inframundo la vio y se enamoró de ella.
La vida de Hades era muy solitaria, puesto que estaba destinado a permanecer en su mundo para resguardar a los muertos. Su trabajo además, era uno de los menos valorados, pues a nadie le gustaba despedirse para siempre de sus seres amados.
Sin embargo, él debía llevarles la muerte para cumplir con el ciclo de la vida. Pero Hades se sentía terriblemente solo.
Un día, subió a la Tierra mientras Perséfone jugaba en la pradera con sus hermanas y aprovechando un descuido de las otra jóvenes, tomó a la ninfa y se la llevó al inframundo.
Cuando Démeter se enteró de la desaparición de su amada hija, comenzó a buscarla con desesperación por todos los rincones de la Tierra. Tanto así, que descuidó sus labores y las cosechas se retrasaron, la tierra se secó y el otoño llegó más rápido. Pronto, los hombres se encontraron padeciendo a causa de un terrible invierno.
Los alimentos eran escasos y el frío estaba matando lentamente a sus animales e hijos.
No obstante, Démeter estaba tan triste por la pérdida de su hija que no tenía ganas de ayudar. Así que la gente se encomendó a Zeus, el más grande de todos los dioses.
Démeter también acudió a él para suplicarle que le ayudara a buscar a su hija.
Como Zeus veía que los humanos sufrían, se encargó personalmente de encontrar a Perséfone, hasta enterarse de que estaba en el Inframundo y Hades la había hecho su esposa.
—No puedo hacer nada para sacarla de allí, ya que ha comido y bebido de la mesa de Hades —le dijo a Démeter—, y todo aquel que prueba alimento en el mundo de los muertos, no puede permanecer de nuevo en la Tierra.
Démeter, al enterarse de esto se sintió aun más desgraciada. Así que Zeus lo pensó mejor hasta dar con una solución.
—Lo único que podría hacer por ti, es llegar a un acuerdo con Hades. Le exigiré que devuelva a tu hija a la tierra por seis meses. Pasado ese período de tiempo, tendrá que regresar con su esposo, pero al menos no la perderás para siempre.
Démeter aceptó. Perséfone volvió con ella por un largo período de tiempo, en el que la Naturaleza volvió a florecer y las cosechas fueron abundantes nuevamente.
Luego, cuando regresó con Hades, el invierno volvió, pero esta vez las personas estaban mejor preparadas.
Ese fue el origen del cambio de las estaciones.
Cada vez que llegaba la primavera, la humanidad sabía que Démeter estaba contenta por tener a su hija de nuevo. Pero en invierno le guardaban respeto, pues era la señal de que Perséfone se había devuelto al inframundo.
¡Sé el primero en comentar!