El niño diamante es un cuento muy pero muy viejo. Las últimas editoriales existen en libros con páginas amarillas, corroídos por años y al que ahora a nadie le interesa, pero en las primeras décadas del siglo XX, era leído por los chicos en las escuelas.
La historia dice que fue escrito por alquimistas en una convención en Babilonia, muchísimos años atrás (antes que la ciencia sea reconocida como tal). El libro habla de un niño de diez años, que tenía desarrollada de una forma extraña y sorprendente la glándula pineal, denominada como «tercer ojo».
Esto le permitía hacer una regresión en tiempo/espacio, como en el presente hay cientos de referencias que hacen alusión a ello, una de las más conocidas es la película «Volver al futuro».
El niño diamante era solo uno en todo el planeta. Genéticamente modificado antes de su nacimiento por sujetos benevolentes venidos del centro de nuestro planeta, donde supuestamente residen todavía.
En la ciudad de Teherán (la capital de Irán) se encuentra el tomo original del libro. Muchas veces estudiantes y curiosos han ido en su búsqueda, pero ante la negativa de las autoridades iraníes de prestarlo, regresan con las manos vacías.
Con el paso de los años, se encuentra infravalorado y está siendo olvidado de la memoria colectiva de la gente, diría que de las generaciones más grandes, porque los jóvenes que nacieron en los años noventa no han escuchado hablar en su vida del niño diamante.
Como las leyendas de la piedra filosofal o de la juventud eterna, también existe mucho interés en la regresión en el tiempo. El libro cuenta, que hay un guardián llamado Nectar que decide ocultar al niño diamante durante toda su vida, para que no podamos ejercer fuerzas superiores en el planeta.
Este guardián, es uno de los creadores del niño. Fue seducido por la ignorancia presentada en la colonización hecha por occidente en el mundo. El mundo moderno, como le llaman ahora se le presento servido en una bandeja, le ofreció riquezas que jamas podría tener. A cambio, tenía que esconder su tesoro de mayor valor, el niño.
Es así que la historia nunca concluye, ya que si lo que está escrito en el libro es verdad, el niño diamante podría estar entre nosotros usando sus habilidades de regresión temporal/espacial. Pero gracias a Nectar, sus dotes son reducidos a cenizas, ya que es el único que puede emplear la magia alquímica con él.
Amparado por grandes instituciones y quizás gobiernos, Nectar sigue en la sombras, andando como un anciano cualquiera en las calles de algún lado.
Con la ayuda de una organización científica destinada a promover cuestiones relacionadas con la alquimia, unos niños de Teheran en el año 1994, se quisieron contactar con el niño diamante, ya que amaban su libro y creían que realmente existió.
Dos años de investigación y grandes colecciones enciclopédicas llevaron a cabo, hasta que una noche en Teheran, el grupo de pre-adolescentes que seguían su búsqueda, recibieron un regalo en la casa de Mezut.
Era una carta que decía:
− Nunca perdí la esperanza, de que pudiera ver, otra vez el mundo como era. Saludos del 2150. Nos veremos en otra oportunidad.
Firma: DiaMnTe.
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