En una granja muy tranquila una gallina se había encontrado unos granos de trigo, pensó que si los comía se quedaría con hambre así que decidió plantarlos, pero esto sería una tarea dura para una pequeña gallina, por eso invito a sus amigos de la granja para tan ardua tarea.
—Yo estoy muy agotado— Dijo el cerdo
— Yo no puedo me duele el pico — Dijo el ganso
— La verdad señorita me encuentro indispuesto — Contesto el pavo
— Yo me encuentro muy enfermo — Agrego la cabra.
La pobre gallinita solita tuvo que buscar primero el mejor suelo para plantar, sabía que lo ideal para todo grano era trabajar la tierra, a pesar de no estar acostumbrada a cargar mucho peso como pudo comenzó a remover la tierra con algunas herramientas.
Luego de arar la tierra procedió a tomar cada grano y depositarlo en un hoyo, una vez terminada esta labor tomo la regadera le dio agua a la tierra para alimentar los granos de trigo.
Con el tiempo las plantas surgieron, la satisfacción de la gallinita era enorme, día tras día se encargaba de cuidar su plantación, hasta que el momento de la cosecha había llegado, pero nunca podría recoger todo el trigo ella sola, pensó que esta tarea la haría mejor con sus amigos, a quienes les ofrecería parte de la cosecha.
— Yo me encuentro ocupado — Dijo el cerdo.
— Mi esposa no me deja salir— Dijo el ganso
— Te ayudaría pero se me presento un inconveniente — Le comento el pavo
—Ya me encuentro mejor gallinita pero mu cadera no la aguanto — se excusó la cabra.
No había de otra, tras varias horas la gallinita pudo recolectar todo el trigo aunque esto le tomo casi todo el día, pero venia la parte más divertida, era el momento perfecto para moler el trigo, sus amigos era más fuertes y quizás esta vez podrían ayudarle.
— No puedo tengo que salir— dijo el cerdo
— Lo lamento me duele un ala — Dijo el ganso
— No se usar esa maquinaria gallinita— Se excusó el pavo
— Yo no puedo hacer mucho esfuerzo— Le dijo la cabra.
Nuevamente pero sin lamentarse la gallinita comenzó a moler el trigo, una ardua labor, después de trillar el trigo, comenzó a moler, luego de un par de horas ya tenía suficientes sacos como para hacer pan para toda la temporada.
Comenzó a trabajar en la cocina, horneó pan, hizo algunos pie de manzana, pasteles, tequeños, todo lo que se le ocurrió para complacer a sus hambrientos pollitos. Esta vez se le ocurrió una pequeña broma para sus amigos preguntándoles si querrían comer de lo que había preparado.
— Yo por supuesto que soy tu amigo — Dijo el cerdo con gran interés.
— Me apunto ya que nos conocemos desde siempre— Dijo el ganso
— Me gustaría probar algunos pasteles — Dijo el pavo
— Pensé que nunca me invitarías, estoy muy hambrienta — Dijo la cabra.
— Para ninguno ni una pizca de pan, ya que cuando pedí su ayuda me fue negada, todo el fruto de mi esfuerzo lo disfrutaremos mis polluelos y yo— Dijo la gallinita con orgullo.
La gallinita muy contenta reunida en su mesa con sus pollitos comiendo el fruto de su trabajo.
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